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Decidió responder a Jeno, después de todo eran mejores amigos. Quedaron fuera del restaurante para no tener que buscar mucho pues el lugar era intenso y no le apetecía ni perder el tiempo ni hacer el ridículo.

Se ordenó sus cabellos por última vez en el cristal del retrovisor del coche y sacudió el polvo de sus pantalones.

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Bajó del coche y se encontró con Jeno tal y como habían planeado

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Bajó del coche y se encontró con Jeno tal y como habían planeado. Él estaba con su espalda apoyada en la pared, se acercó y este chasqueó con la lengua molesto.

—¿Tanto tiempo para ir casual? —señaló con una ceja levantada.

—¿Perdona? Estoy perfecto —se defendió.

Jeno negó con la cabeza y se dirigió adentro.

—¿Dónde habéis dejado los regalos?

—En el almacén.

Los poros de la piel de Jaemin se tensaron al oír esa palabra y no sabía por qué.

—E-emm..., ¿podrías dejar el regalo tú por mí? —Jeno volvió a fruncir el ceño —. Yo iré al baño mientras a arreglarme, ya que tú dices que me veo tan informal —cogió esta vez seguridad en su tono de voz.

—Vale —respondió Jeno de forma natural.

Cuando el mayor se alejó para dejar el regalo, Jaemin suspiró de alivio y se dirigió al baño. Apenas habían venido personas del staff. Todo estaba vacío salvo una mesa con siete sillas y los sacos llenos de decoraciones.

Subió las escaleras y abrió las puertas con los dedos dentro de las mangas. Chenle le dijo que los pomos y candados de las puertas de los aseos públicos estaban incluso más sucios que los propios retretes. Y a él siempre se le hacía tierna la imagen de su pequeño novio con los puños metidos, y que lo hiciera con sudaderas oversized era aún más adorable.

Sonrío inconscientemente al pensar en eso y se aproximó a un espejo. Es cierto que no iba como para una boda, pero de todas formas era solo un cumpleaños, y se había vestido con lo que le había dado la estilista. No sabía de qué demonios hablaba su amigo.

Se peinó un poco remojando sus dedos en agua cuando vio una sombra detrás suya. A lo que se dio la vuelta instantáneamente.

—¡Jeno, qué susto me has dado! —sonrío después de recuperar el aliento.

—¿Sabes lo que te debería dar más miedo? —preguntó juguetón.

—¿El qué?

—Perder a Chenle.

La sonrisa del castaño oscuro se borró para poner cara de pocos amigos.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Que por estar tanto tiempo mirándote en el espejo no podrás ver venir... Esto.

Pudo notar un puñetazo que lo hizo chocar contra el cristal.

—¿¡Por qué?! —gritó con el ceño fruncido y notando como sus ojos se ponían llorosos del dolor.

—Te odio, te odié desde supe que amabas a Chenle, te odié a un punto insano cuando emoezabas a ir detrás de él descaradamente, te odié a muerte cuando me diste la paliza hiriendo mi orgullo y más te odié cuando empezaste a salir con él.

—Jó-de-té -sonrío el castaño.

—No, no me jodo. Él único que se va a joder aquí vas a ser tú. Y más te vas a joder cuando sepas que no soy el único que te odia.

Agarró de los pelos a su supuesto mejor amigo y sin darle tiempo le volvió a jalar contra el espejo. Esta vez agrietándolo.

—Dime qué ves cada vez que te miras al espejo, ¿un psicópata, o un simple loco?

—Yo fui a terapia en su momento —dijo Jaemin con la frente llena de pielecillas rojas —y me disculpé por todo lo que hice. Igual el único psicópata ahora mismo seas tú.

Intentó liberarse, pero las manos de Jeno apretaban de él demasiado fuerte. No podía hacer nada.

—Una lástima que saben lo que hiciste. Y si preguntaramos a cualquiera, te señalarían a ti.

Otra vez impactó la cara del menor y este se empezó a romper, clavándose varios pedazos en su cara.

—Dime, ¿tal vez si tu desaparecieras...? ¿Chenle se fijaría en mí? -preguntó Jeno con una mirada escalofriante.

—Lo dudo, ¡¡déjanos en paz!!

—Soy más guapo que tú, más fuerte que tú, más encantador que tú. Soy mejor que tú.

Se acercó a Jaemin y comparó ambas caras. La suya, impecable, solo un poco despeinado pero su belleza era innegable. Y por otro lado estaba Jaemin, con el rostro lleno de sangre, ojos rojos y cabellos revueltos. Estaba horrible.

—Quédate con esta imagen que ves y pregúntate, cómo Chenle está contigo.

Jaemin cerró los ojos y notó repetidas veces como su cara volvía a ckavarse contra las piezas rotas del espejo, Jeno desde su ángulo solo se fijaba como en cada golpe su cara se volvía más roja. Muchos dirían que es repulsivo, pero él lo encontraba divertido.

Cuando notó quese cansaba miró al rostro de Jaemin una última vez, este no tenía casi piel de la cara, la sangre recorría por las grietas del espejo. Estaba todo hecho una porquería y pasaba de limpiar y dejar de esperando a su amado. Así que lo arrastró su cuerpo como si fuera un saco y lo dejó dentro de un baño. Dejó su cabeza dentro del retrete y tiró de la cadena. Cerró la puerta con pestillo y se escapó colándose por otra.

(...)

Bajó las escaleras con prisa y ahí se encontró con el staff aún montando varias cosas y Chenle preocupado.

—¿Buscas a alguien? —preguntó con una sonrisa.

—Esto... Sí.

—Pues no hace falta que busques más, que aquí estoy.

Chenle río suavemente y negó con la cabeza.

—Se trata de Jaemin Hyung.

—Entonces me parece que no va a venir —contestó despreocupado dejando a Chenle con varias dudas.

—Sentémonos, tengo ganas de decirte cosas bonitas.~

Final abierto.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2023 ⏰

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☸ 𝕂𝕒𝕣𝕞𝕒 ☸ | ᴊᴀᴇᴍɪɴ × ᴄʜᴇɴʟᴇ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora