Me la encontré en el jardín de casa, bajo la lluvia, con un paraguas y esa manta doblada, apretada contra el pecho.—A tu hermano le debe de hacer frio... —dijo lista para irse.
—Mamá —respondí sin inmutarme—, está muerto, ya no pasa frio.
Me la encontré en el jardín de casa, bajo la lluvia, con un paraguas y esa manta doblada, apretada contra el pecho.—A tu hermano le debe de hacer frio... —dijo lista para irse.
—Mamá —respondí sin inmutarme—, está muerto, ya no pasa frio.