FADED | Steve Rogers

A cap no le gusta ese lenguaje tan soez

Mi cabeza dolía jodidamente, solo escuchaba voces sin entender nada de lo que decían, moví un poco mi cuerpo y lo sentí adolorido, abría los ojos lentamente y la luz resplandeciente me cegó pero luego me adapté con algo de dificultad, a mi derecha se encontraba un hombre con bata blanca y a mi izquierda por más loco que esto sonara todos los vengadores mirándome como si fuese un nuevo experimento. Recordé los últimos episodios por los que pase antes de desmallarme y me senté en la camilla no sin antes cubrirme un poco ya que me hallaba sin sostén y habían hombres presentes, muchos hombres y atractivos presentes

- Mierda -Susurré. Ahora sí que perdí el empleo -Vi como la pelirroja y Ojo de Halcón se rieron un poco, pero los demás mantuvieron un serio semblante

Mi vista se posó en el señor Stark, el doctor Banner, Thor el increíble Dios de Asgard y por último el capitán Rogers, mi mano toco mis sienes y las masaje un poco

- Díganme que esto es una maldita broma

- Oh no niña, y no hables así. A cap no le gusta ese lenguaje tan soez -Habló el señor Stark

- ¿Dónde estoy?
- Bienvenida a la torre de los vengadores -Dijo Ojo de Halcón
-  Es mejor que dejen que ella se adapte a la situación, recibió un golpe muy fuerte -Dijo el doctor a mi lado por lo que todos asistieron y se fueron poco a poco

Veía con gran admiración a todos los vengadores, ya que, siempre los quise tener cerca y ahora por circunstancias que desconocía pude cumplir mi sueño. Todos se fueron exceptuando a el Capitán quien estaba vestido casual y sus brazos estaban cruzados a la altura de su pecho mientras me miraba fijamente con esos increíbles ojos azules que él tenía.

- Disculpe Capitán pero se podría saber que hago yo aquí
-  Eso lo dejaremos para después, primero dime cómo te sientes -Se acercó dos pasos a mi

- Como si me hubieran atropellado con un camión -Reí un poco

- Bien, llamaré a Natasha para que te de algo de ropa -Dijo muy serio para mi gusto

Luego de cinco minutos de silencio incómodo entre el Capitán y yo se fue sin decirme nada. Miraba con cautela en ese espacio donde me tenían, una habitación blanca y limpia, todo era neutro y no se escuchaba ni un solo sonido.

Me levanté poco a poco de la cama cojeando y tomándome la cabeza con las manos porque dolía más, me dirigí a la amplia ventana y me sorprendí por ver a la gran altura en la que me encontraba y es que daba una excelente y hermosa vista de New York, me sentía en un rascacielos

- Impresionante ¿No? -Escuché una voz femenina detrás de mí y me volteé

- Totalmente impresionante -Susurré y la pelirroja me sonrió

- Aquí tienes algo de ropa -Dejó la ropa perfectamente doblada encima de la cama

- Oye, no creo que tu ropa me quede, sabes soy algo grande -Baje la mirada con algo de pena

- Tranquila, esta ropa se adecuará a tus curvas, cariño -Sin más que decir Natasha Romanoff salió de la habitación donde yo me encontraba

Me coloque la ropa que me había traído, un vestido suelto sencillo floreado y unas lindas zapatillas, mi anterior ropa era la del trabajo que pensándolo bien creo que estaba despida pero de eso no me iba a preocupar en el momento, hacía un poco de frío y me puse la chaqueta que también había traído Natasha, me gustaba mucho ese estilo pues nunca me había podido vestir de esa manera tan linda porque nunca tuve el dinero suficiente.

- Señorita Anderson, la solicitan en la sala de reuniones -Mire para todas partes y no encontraba de donde provenía la voz

- ¿Quién eres? -Pregunté mirando el techo