-ese estupido de cola de nube, me dejo rota la cadera- se quejo con voz ronca la vieja gata gris.
-tu te lo buscaste madre, pudiste haber sido algo más para el clan del trueno, antes tuviste suerte de que estrella de cardo te dejara vivir y te acogiera- señaló el gato atigrado marrón oscuro, la tristeza se veia en sus ojos ambar-.
-no me vengas con tus estupidas ideas, cola rota, dejaste de ser mi hijo cuando me fallaste, pudiste haber sido lugarteniente, pero no, preferiste ser aprendiz de bigotes de salvia- gruño la gata de espaldas al gato más joven.
-tenias a corazón de esperanza o a charco de deseo para ser lugartenientes también- decía mientras acercaba unas brillantes bayas rojas a la gata gris- ¿en qué fallaron mis hermanas o qué no te convencía de ellas- pregunto con un nudo en su garganta formándose.
-yo te queria como mi lugarteniente, aún lo tienes todo, eres fuerte y bueno en batalla, tus hermanas son blandas, pero son mis hijas- dijo y metio las bayas en su boca comenzando a masticar.
-¿por eso no las mataste como a estrella harapienta y corazón de zorro?,¿no es así?, sabías que corazón de zorro se interpondria en tú objetivo y la mataste, y cuando fuiste lugarteniente también mataste a mi padre- pregunto con atreviento, sus ojos se humedecieron.
-tú padre ya no me servia de nada, y corazón de zorro sólo era un estorbo, yo no queria cachorros pero los tuve, así que, hay que darles utilidad ¿no?- dijo con amargura ella -la gata trato de moverse pero sus musculos no le respondían- cagaturras de zorro...¿qué me diste?- pregunto con miedo la gata gris.
-son bayas de la muerte, no volverás a lastimar a nadie madre- lagrimas se formaron en los ojos del gato marrón.
La gata gris empezó a temblar y a tratar de moverse mientras espuma salia de su boca, dio un último alarido de dolor y finalmente murio.