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— ¿Hay alguien aquí?

— Holaaaaaaaaaaaa, ¿hay alguien?

Entra con una banderita blaca.

— siento tanto, tanto la demora, pero creo que valió la pena, este capítulo me ha costado y me ha encantado. Espero que lo disfruten.
Sobre todo mi amada Bestie hermosa, mi dulce An y la maravillosa Seph

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Dolor.

Las maldiciones y las palizas de mi madre no me prepararon para tal agonía. La infección que recorría cada célula de mi cuerpo es el dolor más grande que pueda recordar. La mordida de un hombre lobo y posterior transformación en uno es lo más horrible que uno pueda imaginar, cada hueso arde, cada órgano se siente estallar, el corazón palpita desenfrenado, los pulmones se contraen, los músculos se desgarran, la piel se rompe. Aun me deja perplejo el como un niño puede superar tal agonía.

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La animagia es una rama de la transfiguración sumamente compleja, debes pensar en cada cambio para efectuarlo, la intención y la magia son cruciales para ello. Un adolescente que aún está desarrollando su núcleo mágico sin paciencia NO es el mejor candidato para ello.

Después de ese beso abrazador, de mi primer beso con Remus el mundo al fin tomo sentido. Yo nací para besar esos labios, para amar esos ojos.

Yo nací para ser de Remus.

El mundo cambio, mi mundo cambio.

Accedí a ser el perfecto hijo sangre pura al tomar el control de las salas familiares. Sin embargo a pesar de dos años de arduo trabajo, madre aún no estaba satisfecha. La vieja nunca lo estaba.

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En la navidad de mi sexto año Wallburga Black ofreció una untuosa fiesta en la Mansión Black del centro de Londres para anunciar el compromiso de su primogénito ¬— el ser más guapo, valiente, carismático — Sirius Orión Black con una bruja de linaje impecable.

Cabe resaltar que el primogénito más guapo de la tierra no estaba enterado de su compromiso hasta el momento en que la chimenea ardió con los primeros invitados. Una hora, varias copas de vino y muchos sorbos de whiskey de fuego, después se presentó la esperada prometida con su familia.

Cinco personas se presentaron en el salón. En todos se podía ver el porte, la frialdad y esa aura de superioridad desarrollada desde la infancia en las clases altas, buena educación, cero calor de hogar. Un hombre y cuatro mujeres, todas de una belleza única en sí misma. La madre de cabello claro y mirada aguda, sus hijas, una castaña de mirada ausente, una rubia y delicada como una muñeca de aparador y la mayor, mi prometida, una bruja despampanante, de curvas pronunciadas, cabellos y ojos tan negros como su alma.

Bellatrix Black

Nadie se sorprendió, nadie se disgustó — al menos no lo demostraron — con el hecho de ser parientes cercanos. Los Black ya habían demostrado su locura al casar parientes en el afán de conservar el linaje lo más puro posible.

Es curioso lo que hace la endogamia en el cerebro de la gente. ¿Cómo puede ser que una familia poderosa, con contactos en medio planeta no pueda encontrar personas de otros países para casar a sus vástagos?

BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora