Capítulo 10

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Era

No podía creer lo que mis ojos veían.¡Era él!. Tanto tiempo viéndolo desde la ventana y ahora está a menos de un metro de mi. Es mucho más hermoso de cerca. Unos ojos azules como el cielo, cabello rubio sedoso que cualquier chica envidiaría, mandíbula cuadrada y unos brazos que resaltaban las horas de gimnasio. Este chico no puede ser el mismo que me dibujaba, se tiene que haber escapado de alguno de mis libros. Si, eso tiene que ser.

Luego de cerrar la puerta se fue acercando lentamente a mi camilla, quedándose a los pies de esta. Se quedó mirándome fijamente, analizando mi cara completa como si no creyera que fuera real. Rápidamente la sangre me subió a las mejillas ya que no me gusta que me miren fijamente y digamos que mi aspecto no es el mejor en estos momentos. Al terminar su análisis se dedicó al hablarme, dejándome impactada con su grave pero dulce voz.

-Hola, soy Nick- y en ese momento todo cambió para mi.

Nick

Finalmente la podía ver perfectamente. Era muy parecida a mis dibujos, solo que sus ojos eran más oscuros al igual que su cabello rizado, tenia unas hermosas mejillas regordetas que no tardaron en volverse rojas bajo mi atento escrutinio. Cuando termino me decido por abrir la boca.

-Hola, soy Nick- ¿de en serio no se te ocurrió nada mejor que decir? ¡tonto!

Ella no dudó en responderme con una pequeña sonrisa

-Hola un gusto, yo soy Era- lindo nombre y voz para una linda chica.- Tu eres quien me a encontrado ¿verdad?.

-Ehh...¡Sí! Si soy yo, el mismo en carne y hueso- ¡idiota!

Era emitió una pequeña risa, por lo menos la pude hacer reír.

-Quería agradecerte por ayudarme aunque ni me conozcas,- claro que te conozco, tengo miles de dibujos tuyos y nos encontramos todas las noches por la ventana.- mucha otra gente me hubiera dejado ahí tirada. Gracias.

-No tienes nada que agradecerme, es decir ¿por qué te hubiera dejado tirada?. Que sea un chico no significa que haya nacido sin corazón.- en realidad entre mi grupo de amigos soy  el que más corazón tiene, ya que todos usan a las chicas para un rato dándole esperanzas y luego las botan. Yo no soy así, no le veo la gracia.

-Igualmente quería agradecerte y preguntarte si no te molesta que valla a vivir con ustedes. Tus padres me lo ofrecieron al igual que la educación, pero no aceptaré si eso te incomoda.- ¿incomodarme? ¿a mi? ¡JA!

-No no, claro que no. Puedes venir si quieres, tengo una hermana pequeña que estaría encantada de tener a alguien con quien hacer cosas de chicas.- le digo con una sonrisa para darle más confianza.

Espero que acepte.

Era

¡Mierda! No le molesta en absoluto, quería usarlo como excusa para no aceptar. No por que no quiera, si no porque me sentiría un poco incomoda sabiendo que el adonis que me dibujaba y veía por la ventana, está diambulando por la casa. Pero no me queda de otra. Por lo menos tiene una hermana, podré utilizarla como distracción.

-¡Oh! Esta bien, entonces supongo que no habrá ningún problema en que valla con ustedes.

-Por supuesto que no, mis padres estarán felices de saber que aceptaste.

-Eso espero, no quiero ser un problema para ustedes.

-Claro que no, mi madre estará encantada de tener alguien con quien platicar y mi hermana alguien con quien jugar.- me sonrió de manera tierna.

-Bien entonces creo que iré con ustedes.- acepté con una sonrisa.

-¡Perfecto! Le iré a avisar a mis padres.- y así se fue por la puerta con una gran sonrisa.

Sólo cuando se fue me dí cuenta de mi error. ¿Qué iba a hacer con mi "trabajo"? No me dejaran salirme tan fácilmente e ilesa. Y más importante ¿Qué pasará con Ian y Mariana?

Desde Mi VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora