No Quiero Perderte

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Sólo fue cuestión de segundos para que la obscuridad me embargara, después de ello no supe nada más... 

¿Como pasó todo? 

Ni yo lo supe en ese momento. 

Recuerdo levantarme temprano como todos los días, desayune un vaso con leche y un gran tazón de fruta. Quizás ese fue mi primer error. Salí poco después de casa, me asegure de cerrar la puerta con seguro; saludando de paso a la señora Fuji, la cual me deseo un buen día. Seguí mi camino hasta plaza parada del autobús donde me tope con aquel chico encargado de hacerme la vida imposible. Uchiha Sasuke. El muy idiota se burlaba de mi con esa sonrisa prepotente que lo caracterizaba, solo por el hecho de que yo no tuviera auto. 

La mañana siguió su rumbo, como era de esperar, tenía otro retardo en mi historial. Deje mis cosas en mi pequeño escritorio dispuesto a empezar mi trabajo, pero una nota pegada en mi computadora me llamó la atención, la caligrafía era impecable logré reconocer la letra, ya que aquel bastado era el encargado de hacer las firmas de los documentos del área de contabilidad, en el cual yo era el encargado. 

"Necesito hablar contigo. " 

Esa fue la grandiosa nota que el dejó. 

En ese momento la alarma sismologica sonó, creí que sería un leve sismo, como esos de lo que este país está acostumbrado. Ojalá lo hubiera sido. Las lámparas empezaron a moverse bruscamente, las cosas empezaba a caerse de los escritorios y las personas empezaron a correr hacia las salidas de emergencia, sin importar los demás. Yo estaba en shock, al ver la histeria y miedo en los rostros de los demás, traté de calmarme y caminar para salir, como  rapidez agarre mi teléfono, iba a irme pero el pequeño llavero que colgaba de mi maleta llamó mi atención, mejor dicho lo que contenía. Escuche la estructura crujir estrepitosamente y fue ahí donde todo se oscureció. 


Abrí los ojos lentamente, el dolor intenso de mis huesos rotos llegó a mi cerebro, sentía que el aire me faltaba por la impresión y el polvo a mi alrededor, observe a mis costados, todo estaba en penumbra, veía escombros por doquier, cables de luz, pedazos de madera, cuerpos sin vida... Estaba atrapado en un derrumbe. Traté de levantarme, pero mi pierna había sido atascada por una gran columna, no podía zafarme de ahí, el pánico por fin hizo su aparición, los ojos empezaron a arderme con intensidad. 

¿Iba a morir? 

¿Por qué a mi? 

¿Esto es mi final? 

No quiero... No quiero morir, alguien ayúdeme, por favor, no quiero... 

- Dobe... - la voz casi inaudible de Sasuke me saco de mi cabeza. 

- ¡Teme! ¿Donde estas? - grite desesperado. Trate de buscarlo con la mirada pero no encontré rastro de él. 

- No seas escandaloso, dobe - logre escuchar una risa nasal al terminar de hablar - Sabes que esta prohibido alzar la voz - 

- No seas idiota Sasuke, en estos momentos a quien le importa eso - conteste enojado. Por que el no estaba igual de histérico que yo - ¿Si sabes que vamos a morir? - 

- La hierva mala nunca muere, tu más que nadie lo sabe - 

- ¡Solo callate bastado! - explote - ¡Siempre molestandome, desde que  llegue a esta estúpida empresa no has dejado de ser un fastidio, siempre tan altanero, prepotente... Solo dejame morir tranquilo - en ese momento empeze a llorar, la realidad volvió a golpearme, sabía que ya no habría más que hacer, mi vida había terminado en tan solo 25 años. Una vida mediocre desde  que nací, teniendo una familia normal y un trabajo más que rutinario. 

Cuestión de tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora