Parte 3

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- Han pasado muchos años.

-- No pensé que tú serías su madre.

- Ni yo imaginé que tu su padre, debí suponerlo por el apellido.

-- ¿Cómo está tu familia?

- Ya lo ves, mi hijo se casa con tu hija.

-- No podemos evitarlo, ellos eligieron el camino que nosotros desechamos.

- Tu lo hiciste. Desapareciste mucho tiempo.

-- A pesar de todo, tú te vez más feliz que antes.

- Parece que tomaste una buena decisión en alejarte. En cambio tú...

-- Será mejor no tocar el tema.

- Tu hija habla mucho de ti.

-- Si... Espero no sea nada malo.

- Ella te admira al haberla criado solo.

-- Exactamente no la crié yo, recibí ayuda.

- Pero ella te admira a ti, algo debiste hacer.

-- Espero que así sea.

...

- ¿Por qué no te volviste a casar?

-- No había razón para hacerlo.

- Pudiste conseguir la felicidad con alguien más.

-- Mi hija es mi felicidad, ahora se me escapa con tu hijo.

- Es irónico.

-- Lo sé, y me alegro, sé que tú lo criaste... y va a ser un buen esposo para mi niña.

~ ¡Hola padre!, creo que ya conoces a mi suegra.

-- Lo estoy haciendo.

~ Mi novio dice que se ven como viejos amigos.

- Nos conocimos hace mucho, antes que tu nazcas.

~ ¡Eso es increíble!, entonces voy a llevarle a mi padre todos los fines de semana donde ustedes para compartir en familia.

-- No creo que sea necesario, ya estoy viejo para eso.

~ Papá... si es una conocida tuya tienes que mostrarle respeto.

- Yo estoy de acuerdo con tu padre.  No sería conveniente.

~ Acaso, ¿pasó algo entre los dos?

-- No exactamente.

- Nuestra amistad siempre ha sido de vernos de vez en nunca.

~ Tienen una amistad medio rara... ¡Por cierto!, dijiste que le conociste antes que nazca, ¿conociste a mi madre?

- Claro que lo hice, pero solo la vi una vez.

~ Quisiera que me cuentes un poco de ella.

- Es verdad, tu madre murió poco después que nacieras.

~ Nadie me habla mucho de ella.

-- Lo siento mi niña, no conozco mucho a las personas que eran sus amigos o su familia.

- Mmm... De lo que la conocí, tu madre era la mejor del mundo, alegre, espontanea y quería mucho a tu padre. 

~ A veces te pareces a la madre que hubiera querido tener. Hubiera querido que también hubieras sido mi madre.

- Si lo fuera no te hubieras casado con mi hijo.

~ Eso no importa. Mi padre es genial... pero a veces se siente solitario.

-- ...Creo que me voy por un momento.

- ¡No lo hagas!, es tu hija, nuestra familia.

-- No llores cariño, demuestra que eres alguien fuerte y que vas a convertirte en la mejor madre del mundo.

~ Eso lo intentaré. Espero recibir la ayuda de mi suegra para esto.

- Si son los nietos de tu padre, creo que sé como tratarlos, no quisiera que cometan los caprichos de tu padre hacía.

~ Conoces mucho a mi padre.

- Si no fuera por tu madre, pudiste ser mi hija.

~ ¿Es verdad?

-- ¡Ah!.. algo así.

~ No sabía esa historia.

-- No es algo de lo que me sienta orgulloso.

- No seas mentiroso.

-- Tu suegra era especial en ese entonces, pero como ves. Elegí a tu madre.

~ Creo que va a ser incómodo estar ustedes juntos como familia.

- No te preocupes, ha pasado gran tiempo que logramos superarlo.

-- Ademas, tienes una vida por la cual luchar. No debes preocuparte por nosotros.

~ Tienes razón... Bueno, me voy.

...

-- ¿Por qué le dijiste eso?

- Tenía que hacerlo.

-- Las cosas se van a volver más incómodos ahora que ella lo sabe.

- Tu hija me pidió que me case contigo unos días antes de conocerte, futuro suegro de mi hijo.

-- Mi hija hace muchos disparates.

- Ella me pone mucho a pensar.

-- ¿Qué cosa?

- Si no estuviera casada... lo habría hecho.

-- ¿Si no estuvieras casada? Creo que alguien volvió a abrir una vieja herida.

- ¿No sientes lo mismo?

-- Luego de la muerte de mi esposa pensé mucho en ti.

- ¿Por qué no viniste a verme?

-- Cuando lo hice te habías casado hace poco.

- No me enteré.

-- Tu hermana... ella me recibió, me dijo que no intente interferir.

- Ella también te conoció. Cuando te fuiste, ella te empezó a odiar.

-- Me imagino... Ante todo creo que voy a tener que hacer un gran viaje por el mundo, hay mucho que quiero conocer.

- ¿Te vuelves a ir?

-- Es lo mejor que puedo hacer. Mi hija ya no me necesita.

- Pero... yo si.

-- No creas que me voy a arrepentir por que me digas eso.

- Sé que no lo vas a hacer. Solo, ya no quiero que te alejes.

-- No deberías estarme abrazando.... Levantarás sospechas.

- Pensé que te había olvidado, pero no he dejado de pensar en ti aún estando con él.

-- Eso es muy triste para él.

- Más triste para mi el pensar que... lo único real que recibí de ti, fue solo un beso. 

-- Vendré cuando mi hija se case. Hasta entonces... mi amor perdido. 




En caso que lo necesites, yo estaré presenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora