Inevitablemente sucedió, y ella lo sabía. Sabía que iba a pasar. Siempre supo que ese no era su destino, ni su gente, ni sus hábitos. Podrían haber compartido mucho, podrían haber sido increíbles juntos. Se reían mucho, se divertían, tenían mucha confianza y casi no había secretos (secretos siempre hay... uno nunca deja de ser un individuo único).
Podrían haber construido un futuro maravilloso, pero solo fueron ideas, proyectos que ni llegaron a palpar. Nunca había tiempo, nunca era el momento, siempre había algo más importante que ellos 2, que la pareja, que la relación. Ella se fue metiendo más profundo en su interior, intentaba salir... con fuerzas quería salir de ahí, la asfixiaba pero no lograba separar la realidad de esa expectativa creada en su cabeza. Y seguía insistiendo, seguía intentando, seguía creyendo.
Cada vez que él la desilusionaba ella sentía que un pedacito de su amor por él se iba diluyendo, se apagaba, se llenaba de bronca. Bronca con él, bronca con ella misma por no tomar una decisión que sabía la liberaría de eso.
Él tan tan seguro que era todo lo contrario. Tenía miedo, miedo a volver a fallar... y termino fallando. Ella no sabía ya como hacer para controlar su genio, controlar sus emociones. A veces sentía que la invadía un fuego, una bronca. El desequilibrio, la inestabilidad, la inseguridad la estaban controlando, y ella lo sabía. Siempre lo supo. Él nunca le daría ese lugar importante en su vida, él nunca la dejaría entrar en su realidad.
Podría interpretarse como que fue ella quien nunca se dio a si misma ese lugar importante en su propia vida, y así seria más fácil echarle la culpa solo a una persona. ¡Que no hay culpas!, que son solo 2 almas que no tenían que cruzarse ni compartir momentos, ni pensarse juntos en un futuro. Diferentes, similares, ajenos, propios.
Ella siempre hablaba de equilibrio. Siempre odio esas parejas en donde la mujer es una jodida, y donde él pibe está detrás cumpliendo todas sus mañas. Siempre odio esas relaciones en donde el hombre es un jodido, egocéntrico y despreocupado, que se la cree todas y desmerece a su mujer. Esos son casos enfermizos, casos de inseguridades.
Y le paso! Quiso equilibrio pero se metió con uno que no sabía de equilibrios. Solo sabia la palabra "YO". Yo, yo, yo yo y siempre yo. Y ella fue cediendo terreno, su terreno por él... y cuando se dio cuenta era demasiado tarde. Y se odiaba por eso, aun en la relación se daba cuenta. Ya nada era igual, ella no podría ser ella misma con él. Intentar negociar, intentar explicar, intentar hablar, gritar, llorar, todo en vano. Intentar e intentar.... No sirve de nada si solo intenta un lado.
Él siempre pensó que estaban bien... pero la engaño. Él y ella siempre fueron negadores de la situación.
Ella lloro, sintiio la traición tan profunda, tan hiriente pero siguió. Y se prometió a si misma cuidarse mas. Que hay mas hombres honrrados que hombres/niños en proceso de maduración. Aprendio de sus errores, y maduro. Construyo relaciones solo en base del amor, el respeto y la transparencia.
Decidió perdonarse y aceptar la experiencia que le regalo la vida. Reconocer momentos felices vividos a su lado y soltarlo para que pueda buscar su destino y ella el suyo.
Y pasaron 10 meses de aquel día, 10 meses de la revelación, de la traición. Vivió tantas cosas lindas en estos 10 meses, disfruto y aún disfruta de su paz... Sin embargo a veces vuelve a pensar en ese día.
Cuando piensa en él, que intento contactarse muchas veces con ella, le pidió perdón (a su modo), ella solo siente escalofríos. Escalofríos por una persona con la que compartió casi 5 años. Escalofríos, ¿está eso bien? ¿no paso ya suficiente tiempo para sanar? Y entendió la magnitud de la relación, y entendió que no fue ese día lo que la destruyo fueron todos esos días, uno a uno. Su capacidad de anularla en cada momento. Se sintió anulada, su persona, su identidad, su todo. Y se pregunta ¿cómo paso eso? ¿Cómo permití que me pase eso? ¿Por qué no me cuide? ¡¿Por qué no me cuide?! Se siente libre, y aún así rondan comentarios, frases, dichos, actitudes, gestos que la bloquean, que la anularon. Estuvo casi 5 años con un novio ausente. Solo existió en los pequeños momentos felices, fingidos, irreales, mentirosos. Se culpa, ¿cómo no me fui antes? ¿Cómo no me di cuenta? Y le duele, le duele el ego, le duele su ego. Le duele la dualidad, le duele lo ambiguo de la relación, le duelen los gestos lindos, porque le da nostalgia, y amor. Pero más le duelen los feos, que fueron muchos más. Le duele su falta de respeto, su poca empatía, le duele que nunca la escucho, que siempre la anulo. Sus palabras entraban por un oído y salían por el otro. Ahí estaba ella, viviendo una relación con una persona que la anulo, que nunca le dio la importancia que merecía. Y se pregunta ¿Para tanto che?¿no estarás dramatizando?... y se responde: NO, el manipulador trabaja así, de a poco te va anulando, te va bloqueando y vos toda enamorada ahí permitiéndolo, viendo cómo te desaparecen.
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Desaparecen
Short StoryInevitablemente sucedió, y ella lo sabía. Sabía que iba a pasar. Siempre supo que ese no era su destino, ni su gente, ni sus hábitos. Podrían haber compartido mucho, podrían haber sido increíbles juntos. Se reían mucho, se divertían, tenían mucha c...