Mi alfa.|| Ziall Horlik.

Capítulo I.

—Ya todos tienen su evento para cubrir, si no lo entregan en una semana estarán reprobados.— las quejas de sus compañeros llegaron hasta sus oídos. Debía conseguir el pase para que lo dejarán pasar al evento de los Malik Army, ahora tenía un gran problema. Guardo todas sus cosas dispuesto a salir del aula pero se le fue impedido por uno de sus compañeros.

—¿A dónde vas tremenda puta?— pregunto un chico castaño, Alfa, pegando al omega rubio a la pared.—Me han dicho que eres bueno en la cama ¿Que me dices si te follo aquí mismo?— habló en tono burlón, no podía defenderse el alfa era más alto y fuerte que él. Las risas de unos chicos llegaron hasta sus oídos, lo estaban grabando, tenía que aguantar cada una de las humillaciones, en un mes se liberaría de la escuela.—

—De-dejame ir Liam.— el tono de voz del Omega era suave, ese alfa siempre lo molestaba, varias veces intento abusar de él pero era interrumpido por unas razones que el rubio agradecía.

—oh, ¡Miren a la zorra de Horan!— exclamó el alfa metiendo su mano a la parte trasera del menor; sacando un leve gemido del omega.—¡Eso es puta! Quiero que grites mi nombre mientras te doy duro, démosles un buen espectáculo a nuestros fans.— en un principio el rubio se odiaba por ser omega, pero desde que supo que un pequeño crecía dentro de él olvidó por completo todo. Niall no podía hacer nada, su "clase" se diseñó para complacer a los Alfas, podían llamarlo sumiso si querían pero nadie lo ayudaba un omega con lazo roto no eran protegidos por la ley, para las leyes esos omegas ya eran basura desechada.

—Po-por favor, déjame en paz.— los sollozos del rubio no pudieron seguir aguardandose, pronto los maestros empezarían a notar el olor a miedo y tristeza.

—Te salvaste está vez Horan.— aludió el alfa indicándole con la mirada a los demás presentes que lo siguieran. Una vez solo el Omega tomó su mochila echándose a correr para la salida de la universidad.

Las lágrimas corrían por el rostro pálido del omega. Ignoró el grito de uno de los Alfas que al igual de los demás lo molestaba, por suerte su casa no estaba tan retirada de la universidad, abrió rápidamente la puerta; necesitaba un abrazo de su hijo.

Sabía dónde estaba su pequeño, ya había salido de la escuela y su hermana grito su nombre al notar la peste de tristeza que desprendía el rubio.

La puerta del cuarto de Zaid fue abierta, una sonrisa se colocó en sus labios; su hijo estaba tirado en el piso haciendo un dibujo.

—Hola amor—. Saludo el rubio llegando a un lado del menor, su hijo le regaló una de esas hermosas sonrisas que dejaban ver sus dientes. Los ojos del rubio seguían rojos a causa de las lágrimas, su pequeño dejo de sonreír para envolver a su papá en un cálido abrazo.

Entre palabras lindas, besos y abrazos por parte del menor lograron calmar a su papá. Ahora Niall necesitaba ir a su trabajo, para poder rogar por unos días.

—Ya no llores papi.— le susurró el oji azul al mayor, Zaid tenía ya cinco años y podía hablar a la perfección, era un niño muy inteligente.—Yo te amo, y, estoy orgulloso de ti.— por su parte el omega solo se tranquilizó, las palabras de su cachorro lograron hacer que todo lo malo que le sucedió en la escuela desapareciera.

...∆

Entró a la oficina de su jefe, algunos de los empleados le miraban con repulsión y otros lo saludaban; ya estaba acostumbrado a ese tipo de miradas.

—Bien Horan, necesito que mañana cubras a Vladimir, lo mandaron a descansar porque su celo se adelantó así que mañana irás a cubrir el evento a la empresa Malik.— ¿Qué? ¡No! El necesitaba dos días para concentrarse en su proyecto final. Pero no podía negarse, ese tipo de eventos eran importantes para la empresa de publicidad y le darían una comisión más.

Tenía el trabajo gracias al alfa de su mejor amigo. Harry Styles era el dueño de aquella empresa pero no podía pedirle nada, él le considero un chico responsable y no le quedaría mal al alfa.

(...)

La noche había llegado, ahora estaba en el evento, habían muchas personas de la alta sociedad, Alfas, omegas, incluso betas vestidos con ropa demasiada fina.

Los nervios le invadieron el cuerpo, tenía que sacar una buena nota para la revista. Una nota sobre el empresario Zayn Malik, un alfa tan hermoso y fuera de sus posibilidades.

Los meseros iban de un lado a otro ofreciendo copas de vino, tomó una dando un trago grande acabando con todo el líquido, luego se le ocurrió la brillante idea de probar el champagne, era la primera y última vez que la probaría; no quería desaprovechar la oportunidad. Ese fue su error.

El calor lo envolvió en todo el cuerpo, su cara le ardía y podía sentir líquido saliendo por su zona privada. Sus ojos se abrieron por la sorpresa, esto no podía estar pasandole.

—maldición.— murmuró caminando con rapidez a los sanitarios que había visto, abrió la puerta entrando rápidamente, se suponía que su celo llegaba en dos semanas. Abrió la llave del agua lavando su rostro con esta, un gemido salió de sus labios, necesitaba saciarse. La puerta fue abierta dejando entrar a un moreno, por su olor el rubio distinguió que era alfa ¡Mierda!

—no vas a salir vivo si abres esa puerta.— le escuchó decir.  Miró por unos segundos al alfa.—ponte esto.— un nuevo gemido salió de si, esa voz era tan caliente.  Sin protesta el Omega tomó el saco del alfa, que bien olía. Sintió unas manos tomarlo de la cintura apegando su cuerpo al fornido del moreno.

Salieron del evento, un carro lujoso se estacionó frente a ellos, el rubio estaba tan metido en sus pensamientos que no le había dado tiempo en darse cuenta que el alfa que le ayudaba era el mismísimo Zayn Malik.

¿Cómo podía el alfa controlarse a su olor? Los Omega atraían a los alfa con su olor cuando les llegaba el celo,un olor que alertaba que necesitaban ayuda para calmarlo.

Horan comenzó a frotarse contra el asiento del copiloto, cosa que hizo al alfa gruñir mientras manejaba.  Ni siquiera le preguntó la dirección al Omega, lo llevo directo a su departamento.

—No aguanto más, ayúdame.— esas fueron las palabras del Omega antes de lanzarse al alfa para besarlo, Malik trató de controlarse pero le fue imposible, el olor del rubio no ayudaba en nada. Tomó al rubio por las cadenas levantando su cuerpo del suelo, inmediatamente el Omega enroscó sus piernas en las caderas del empresario, se frotó contra el pene del alfa, podía sentirlo, duro para él. El lugar apestaba a necesidad de sexo, su cuerpo fue recostado sobre el cómodo colchón. Pudo notar como el alfa se quitaba la camisa y corbata dejando su torso desnudo ante él, por reflejo el Omega abrió sus piernas dejando entrar al alfa entre ellas.