¿Amigas o conocidas?

Vivo en mi mundo.

Vivís en tu mundo, escuchaban mis oídos, mezclado con el sonido de la música al mango del celular, con mis auriculares, los cuales nunca me pueden faltar.
Decido mirar y era mi novio, mi hermoso novio.

*Me saco los auriculares*

-No hay día que no estes en tu mundo vos- me dice ríendose.
-Hola hermoso, disculpa, siempre ando en la mía- le digo y lo abrazo muy fuerte.

Facundo me devuelve el abrazo y me besa. Mierda, son tan lindos sus besos, es tan lindo él, tanto por dentro como por fuera.

-¿Cómo estuvo tu primer día?- me pregunta, sin quitarme los ojos de arriba, me encanta que me mire tanto.
-Y bueno, como quién dice genial no, pero estuvo normal- le respondí mientras se me caía una lagrima, sí, suelen darme bajones de la nada.
*Facundo me abraza*
-¿Sabías que te amo? ¿Sabías que me hace muy feliz tenerte conmigo?- me dice sonríendo.
-Lo sé cariño, lo sé y me siento muy afortunada al ser la chica que te vuela la mente.

Mientras estabamos en una charla que parecía que teníamos hace 5 minutos, ya habían pasado como 15, y como siempre, tenía que llegar Ximena a cortar nuestro momento.

-¡CHICOS!-nos grita desde el corredor del colegio.
-¿Qué anda Xime? ¿Todo bien?- le pregunta Facundo.
-Bien de bien, ustedes veo que también, ¡son tan lindos juntos!- responde con su voz dulce, aunque muchas veces me hace estresarme, la amo con el alma.
-Me alegro por usted señorita- le dice Facundo.
-¿Y vos Pauli? ¿Te quedaste muda? o... ¿Te tapo la boca la nueva profe de geografía?- me dice en tono sarcástico.
-¿No ves que la cagas?- le respondo, mientras saco el brazo de Facundo que recorría mis hombros y me voy ofendida, en rumbo a la salida.

Odio ser así, odio enojarme tan rápido, odio no tener ganas de aguantar a nadie. No sé como Facundo me banca tantas.
Mil pensamientos se me pasan por la cabeza, cuando Facundo aparece y se pone a caminar al lado mío.
Me acompañó hasta casa, fuimos todo el camino en silencio.
Al llegar a casa me detiene y me dice;
-¿Quieres estar sola? ¿Tenes ganas de estar conmigo, o me voy a mi casa?.
-No, no quiero estar sola, ya bastante sola me siento, entra, porfavor.

Nos dirigimos a la puerta de mi casa, y entramos en silencio, pensando que estaban mis padrinos durmiendo, pero en un instante pude recordar que era viernes, y que no era día libre, estaban en el trabajo.
-Sube- me ordena Facundo.
Decidí hacerle caso y subí a mi cuarto.
Deje las cosas sobre mi cama, y me puse a pensar que aún no estaba preparada para acostarme con él, yo sabía que él lo entendía, pero cada vez que estabamos solos en casa me ponía nerviosa.
De repente mientras me estoy cambiando entra Facundo, con la bandeja y mucha comida.
-Oh por Dios, que belleza tengo frente a mis ojos- me dice mientras deja la bandeja arriba del escritorio y se me acerca.
Me observa, y me abraza.
Uf, como amo que me abrace estando así, y más si puedo sentir su piel, pero este no era el caso.