la ley del mas divino

Aldair

Aldair vivía en Florida con su madre,

Era un dia caluroso lo raro es que estaban en invierno y por algúna extraña razón el tenia mucho mucho calor.

Su madre tenia una cuadra con dos caballos a la que le gustaba ir, en el instituto no era muy afortunado, se metian con él porque no conoció a su padre, no sabia donde estaba, el muy majo habia desaparecido, e hizo que a Aldair se pasase todo el dia mirando por la ventana hacia el cementerio municipal.

Ese dia fue a las cuadras y luego subio a su casa, estaba extrañamente silencioso, cosa rara, normalmente estaria cocinando, fue a asomarse a la cocina y una gelida espada se le colocó en el cuello, pudo ver a su madre parecia muerta pero no habia sangre ni rastros de conflicto, a lo mejor simplemente estaba incosciente, no podia ver al atacante, sola la espada hasta que se puso frente a frente, era un soldado romano muy realista, con su gandia un su cuello sacó una pilum de su espalda y se la clavo la lanza y la saco, estaba chorreando sangre, hizo una explosión y cuanto personas entraron tres listas para la batalla, el resatante con esmoquin le pego una pegatina una de una carita sonriente y dijo
-no puedo dejar que mueras hijo
De la boca de altair solo salio un gemido, pero se encontraba lleno de energia.

El hombre habia desaparecido, fue a ayudar a sus salvadores, aldair sabia pelear pero decidio usar su maldicion asi que se otro haciendo un derrape en el suelo hasta detras del gerrero y toco sus armas que se convirtieron en polvo instantaneamente, el soldado salto por la ventana y huyo desarmado.

Los hombres se acercaron y le dijeron -eres un semidios celta, ven con nosotros a la aldea y estaras seguro-.