¡Mi Nuevo Vecino!

Miedo

Narra Dylan.

- ¡Vete!, ¡te odio!, lo lograste, ¿Estas feliz? - gritaba mientras las lágrimas luchaban por salir de mis ojos, no, no lloraré, no ante el -...después de todo lo que te dije, después de que me entregue a ti vienes y dices esto - mis piernas amenazaban con doblarse.

- No me digas eso, por favor, es solo que....no lo entenderías - decía con la voz baja y una mirada triste - jamás me sentiré feliz por esto, yo en verdad te quise, solo...solo que tengo que hacer esto - mi mente me traicionó en el peor momento trayendo aquellos recuerdos que tanto quería olvidar, aquellos en los que sólo eramos el y yo, en los que me sentía tan feliz, en los que me sentía protegido.

Y mi fuerza y orgullo se fueron a la mierda

Mi vista se nubló mientras sentía como las gruesas lágrimas corrían libres por mi rostro, mostrando una vez más mi debilidad, esa debilidad que solo el había hecho que mostrará, fue entonces que lo pregunte

- ¿Por qué? - ya no me importaba que viera mis lágrimas, el trato de limpiarlas con sus manos pero las aparte con un golpe y el se quedo callado con una mirada que parecía querer decir mil cosas - Mierda, ¡Responde!, ya estoy cansado, quiero la verdad de una vez por todas, ¡Contéstame! - me sentía roto, usado, las lágrimas salieron con mayor intensidad y el solo me miraba con súplica en su mirada pidiéndome que no le obligará a responder - Vete...a partir de ahora no existes para mi, nunca lo hiciste - veía como me miraba, sus ojos expresaban dolor, mientras que la mía solo expresaba el más puro odio.

- Perdóname - fue lo último que dijo antes de darse la vuelta y marcharse, fue en ese momento cuando...

Desperté.

- Mierda, lo que me faltaba, ese maldito sueño de nuevo - decía mientras me levantaba de la cama y caminaba hacia el baño, al llegar me puse de cara al espejo y me sorprendí de ver que estaba llorando, los recuerdos del sueño volaron a mi mente y mis ojos se nublarón - No, no se repetirá la historia, no dejare que pase de nuevo - musculle mientras limpiaba el rastro de lágrimas en mi rostro y calmaba los escalofríos que recorrían mi cuerpo - esta vez no pasará, ¡controlate ya Dylan! - grite enfadado por mi reacción.

Tarde poco más de 30 minutos en el baño arreglando lo que se suponía que era mi cara, salí ya vestido y totalmente limpio

-Así está mejor, será mejor que baje a desayunar me muero de hambre - tome mi teléfono de la mesa en la que estaba cargado y revise la hora, 5:34 am. ¡¿QUÉ?!, ¿Cómo es posible que fuera tan temprano? No, la cuestión es; ¿Qué hacía yo despierto a esta hora? Se supone que tenía que estar en mi cómoda cama soñando con el hermoso rostro de mi ídolo Garrix, no levantado queriendo comer, pero bueno, ya que estaba levantado aprovecharía la oportunidad

Salí de mi recámara y camine hacia la cocina pensando en la delicia que ahí me esperaba, en cuanto llegue abrí la nevera y tome entre mis manos ese grande y grueso bote de helado.

Me senté al estilo indio en la alfombra de la sala y encendí la T.V. busque algo que llamara mi atención hasta que al fin encontré lo que buscaba, estaban pasando un maratón de pokemon. Contento con mi descubrimiento me recargue en la parte baja del sofá que estaba atrás de mi y comencé a comer helado