El inicio de todo: ¿Y mi singularidad?

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La peliverde mayor; Inko, madre de ambos peliverdes estaba sentada con el pequeño Izuku a su lado, él estaba cabizbajo; ya le habían dado la noticia de no tener singularidad, preocupados por que la menor corriera con el mismo destino, no paso mucho en lo que el doctor regreso y les entrego a la niña.
Se sentó, suspiro y nego suavemente con la cabeza.

-Ella tampoco posee una singularidad.-

Inko solo pudo sonreír de manera forzada tratando de ocultar sus lágrimas,  se puso de pie y agradeció por la atención del doctor. Salió de ahí con sus dos adorados hijos y fue a casa.
Por otro lado Izuku no paraba de pensar en el futuro de su pequeña hermana, tal vez la molestarian cómo a él o peor por ser una niña. Se acercó a la habitación de su hermana y entro, se sentó al borde de la cama y acarició esa sonrojada y pecosa mejilla suave.
La mejilla de una niña que lo miraba con ilusión, sus enormes ojos verdes llenos de un gran brillo, una amplia y sincera sonrisa; claro, la pequeña tenia enfrente a su héroe  #1
Las lágrimas cayeron por las pecosas mejillas del chico, una tenue sonrisa se formó en su rostro y habló entre susurros con un tono decidido.

- Iza, voy a protegerte, no dejaré que nadie te haga daño jamás; me convertiré en alguien digno de ser tu héroe y hermano.-

La pequeña solo sobrio, beso la mejilla de su hermano y se acomodo para dormir.

- Tu ya eres mi héroe Izuku-kun-

Replicó Iza ante los comentarios de su adorado hermano, él era su todo, aun sin saber que ella no tenia una singularidad se prometía a sí misma que siempre iba a proteger a su hermano; sin importar lo que debía hacer.

A la mañana siguiente el peliverde salio corriendo de casa, directo al porque dónde siempre jugaba con su mejor amigo, Katsuki Bakugou.
En cuanto llego fue con él y le pidió hablar a solas,  ya en un lugar donde nadie los podía ver, bajo la mirada y habló.

- Kacchan, a que edad comenzaste a entrenar tu cuerpo? -

El chico; de manera altanera llevo su dedo debajo de su nariz, su otra mano a su cintura y subió la mano mientras sonreía ampliamente.

- Veras Deku! ¡¡Yo entreno desde los dos años!! Si seré el mejor héroe del mundo necesito preparar mi cuerpo.-

Los ojos del peliverde brillaron como si estuviera viendo a su ídolo All Migth, trago saliva y miró a los ojos al rubio frente a él.

- ¿Podrías ayudar a mi hermana con su entrenamiento? ¡ARE LO QUE TU ME PIDAS! -

El rubio siguió sonriendo, tomó de la camisa al menor y lo jalo plantandole un brusco beso en los labios.
El peliverde no hizo más que corresponder e inclusive se pegó más a él.
Cuando se alejaron el mayor relamio sus labios y asintió con el ceño fruncido pero sin dejar de sonreír.

- De acuerdo! Apuesto a que ella es igual de inútil que tú!!!-

iza Midory La Hermana De Midoriya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora