so wнᴀᴛ↬ɴoмɪɴ.

08. Sleepover/Pijamada.

Después de llegar de vuelta a la casa de Jaemin, Jeno se animó a hablar más con el contrario, con la excusa de que aun no entendía del todo el juego que los demás chicos jugaban con tanto entusiasmo; y de pasar unos minutos escuchando la explicación de Jaemin, pronto pasaron algunas horas discutiendo otros temas triviales, para conocerse más.

 

Jeno pudo saber cuál era la comida preferida de Jaemin, así como su color, su película y pasatiempo favoritos, entonces para cuando se pasó su hora de regresar a casa ya sabía bastante sobre el menor, incluso había descubierto lo similares que eran.

 

— Deberían pasar la noche aquí, los demás también se quedarán —habló Yuta, llamando la atención de Jeno y Jaemin en el proceso. —

 

— Nos encantaría pero tal vez sea complicado que mamá acepte —continuó Mark. —

 

— Yo puedo convencerla —Jungwoo tomó a Mark por los hombros y sonrió en grande. —

 

— Okay, llamémosla ahora.

 

— Iré preparando las bolsas de dormir —Yuta respondió subiendo las escaleras con Taeyong y Doyoung detrás de él— ustedes pueden quedarse en el cuarto de Jaeminnie, ¿verdad? —antes de seguir su camino se detuvo para mirar al castaño, quien sonreía feliz. —

 

— Claro que sí, vengan conmigo —Jaemin se levantó de un salto del sillón y tomó de la mano a Jeno para guiarlo, junto a sus primos, a su cuarto. —

Jeno trastabilló con los escalones y al llegar al cuarto del más bajo quedó encantado con lo ordenado y bonito que éste se veía, tal como lo imaginó de él.

 

— Tienes un cuarto tan bonito, Jaemin —Haechan pasó por el costado de Jeno para observar mejor la habitación— y también eres tan ordenado, si vieras el cuarto de Jeno seguramente saldrías huyendo de lo desastroso que está —terminó dándole una mirada burlesca a Jeno, quien por su parte sólo atinó a sonreír apenado. —

— Oh, entonces no huiría, le ayudaría a organizarlo —Jaemin respondió con un tono juguetón, al mismo tiempo que sujetaba con más firmeza la mano del pelinegro. —

 
Jeno pudo sentir una sonrisa boba formándose en su rostro, así que prefirió bajar la mirada y celebrar su victoria en silencio.

 

_________

 

Después de instalar los sacos de dormir, Jeno se percató de que no habría espacio para alguno de ellos, pues sólo había cinco, así que nervioso se acercó a Jaemin y le hizo saber del pequeño inconveniente, tal vez tendrían alguna colchoneta que pudieran usar, ¿o no?

 

 

— Bueno, no tenemos más sacos de dormir o colchonetas, está vez somos muchos —Jaemin se rio apenado, para después levantar su mano en un gesto que demostraba que tenía una idea— pero, puedes compartir la cama conmigo —le indicó a Jeno, y Jeno lo miró con pánico apoderándose de la poca confianza que estaba ganando— quiero decir, eres a quien más conozco de aquí, así que no sería tan incómodo para mí —explicó con una sonrisa cálida, que de pronto hizo a Jeno calmarse un poco. —

— Creo que estaría bien —Jeno respondió inseguro. —

   
Y así fue como después de unos minutos todos se encontraron listos para dormir, excepto Jeno, quien sentía que sus latidos podían ser escuchados por el chico que estaba recostado tan pacíficamente a su lado.
 

— ¿Estás despierto?

— Sí —Jeno respondió por instinto. —

 
— ¿No puedes dormir?

— No.

 
— ¿Es por mí? ¿Te incomoda tanto compartir cama conmigo? —Jaemin se giró para mirar de frente a un Jeno nervioso— porque si ese es el caso, puedo dormir en el sofá —Jaemin prosiguió. —

— No, no, para nada eres tú, es sólo que me pones nervioso —Jeno no se dio cuenta de lo que había dicho, hasta que Jaemin le miró con el ceño fruncido y un mohín en sus labios —digo, o sea, no... es sólo que, no sé.

— ¿No sabes qué? —Jaemin sonrió divertido a causa de los balbuceos de Jeno. —

 
— Bueno, me pones nervioso, pero no sé por qué, así que mejor no lo preguntes —mintió, porque, claro que él sabía la causa de su nerviosismo ante Jaemin. —

— Okay, no lo haré —Jae mordió su propio labio pensando y luego habló— pero no debes estarlo cerca de mí, soy un buen chico, lo prometo —agregó— además cocino muy rico y huelo a rosas, no soy para nada intimidante, ¿o sí? —le cuestionó con leve preocupación en su rostro. —

— Por supuesto que no, eres adorable.

— ¿Lo soy? —Jaemin alzó ambas cejas y después sonrió contento con el asentimiento por parte de Jeno, quien quizá tomaba valentía por el cansancio en su cuerpo— también eres adorable, Jeno —Jaemin acercó su mano a la mejilla del contrario y la pinchó— seamos amigos —propuso sin apartar la vista del más alto. —

— Seamos amigos —concluyó un risueño y somnoliento Jeno. —

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