Capítulo uno.

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Unos curiosos y brillantes ojos azul como el mismísimo cielo recorrían con gran asombro todo lo que lo rodeaba...y no era para mas...¡Italia tiene una de las mas bellas construcciones que él haya visto en su vida! Y eso que ha viajado por diversas partes del continente Europeo, pero Venecia tenía un toque que captaba su atención de inmediato; su belleza romana lo cautivaba, dándole un aspecto antiguo pero aun así invaluable.

Las provincias eran humildes a simple vista al igual que las personas que caminaban en distintas direcciones, algunos hogares estaban decoradas con la misma naturaleza en sí, dándole un aspecto primaveral único.

¡Oh! Ustedes se preguntaran...¿que hace exactamente el joven Joseph Joestar en esta parte de nuestro distinguido mundo?

El joven de apenas 19 años ha viajado desde Inglaterra por un evento familiar al cual se le ha solicitado la presencia de una de las mas destacadas damas de la sociedad actual y además su cariñosa abuela; Erina Joestar, viuda de Jonathan Joestar, según le ha contado la misma mujer era un caballero con principios nobles y de gran corazón, dando su propia vida para salvar a la mujer a la cual ama y juró proteger de todo mal que envenenaba nuestra pacífica tierra, y por supuesto, Joseph también fue invitado, atravesando el Océano Atlántico para tener el privilegio de asistir a la ceremonia nupcial de su primo Johnny Joestar.

Lo impresionante de esto es que Johnny Joestar no se casaría con una mujer, sino con alguien de su mismo sexo; un hombre.

Este sin lugar a dudas fue un escandalo inconmensurable, una noticia que se esparció con la velocidad de un rayo, contada por diversas personas alrededor del mundo, y no era extraño, puesto que la familia Joestar era una de las mas conocidas y privilegiadas desde generaciones enteras, por consiguiente, convirtiéndola en una de las bodas mas esperadas del año.

En fin, Joseph aceptaba el hecho de que el amor estaba representado de diferentes formas, por lo que estaba realmente feliz por su primo y deseaba que Johnny tuviera un matrimonio de ensueño.

¡Y esta era una gran oportunidad para conocer territorio desconocido para él! Aprovecharía al máximo el tiempo indefinido que pasaría en Italia para conocer los aspectos mas bellos de este lugar, exprimiendo todo el jugo de su potencial día a día para explorar desde lo principal hasta las arquitecturas romanas.

Parpadeo un par de veces al notar una multitud alegre disfrutando de algún tipo de espectáculo callejero, guiado por su característica curiosidad se acerco cada vez mas intrigado de saber lo que los italianos estaban observando.

Se abrió paso entre la multitud fácilmente por su complexión y altura, llegando hasta el frente y viendo el motivo del deleite ajeno.

Un joven italiano tocaba con gran maestría la guitarra acústica, entonando acordes uno tras otro hasta formar una suave y agradable melodía que disfrutaban las personas a su alrededor...

El guitarrista era apuesto, debía admitirlo, sus cabellos dorados se movían al son de la tenue brisa primaveral que parecía casi imperceptible, no podía notar el color de sus ojos debido a que la posición cabizbaja del contrario no se lo permitía, pero si pudo ver unas extrañas marcas parecidas a la luna pero en un tono lila en sus pálidas mejillas, dándole un aspecto llamativo.

Examino más de la cuenta, percatándose con sorpresa que una minúscula energía dorada se posaba en las yemas de los dedos del rubio, posicionándose en las cuerdas de la guitarra...

Y al parecer el publico no era consciente de eso...

¡Magia!

O inclusive trampa, lo que sea.

Pero debía descubrir la causa de ello.

¡Su instinto lo pedía a gritos!

El italiano se levanto de su lugar y rápidamente extendió su mano en dirección a la multitud la cual apreciaba su talento y lo recompensaban por ello, después de ello el joven se fue del lugar hasta uno de los callejones menos recorridos de la zona, el castaño iba siguiéndolo con sigilo hasta cierto punto...

-¡Alto!.-Elevó su voz y apunto al extraño quien se detuvo repentinamente, sin dirigirle la mirada.-¡Lo he visto! Esa cosa que hacías al tocar tu guitarra...-Movió sus dedos en el aire, simulando que tocaba acordes.-Una pequeña luz...¡eso es trampa, no es correcto usar magia para engañar a la gente!

-¿Qué? Acaso...¿crees qué lo que viste fue magia?.-Se giro completamente, deleitando a Joseph con el bello tono esmeralda que conformaban sus orbes brillosos, eran tan hermosos como a la vez tan intensos.

Los labios rosados del italiano se curvaron en una sonrisa.

-¡Estoy seguro de que era magia!

-Que desconozcas de ello no significa que sea magia.-Se cruzo de brazos.-Y para tu información; no estaba haciendo trampa.

-Entonces explica lo que hiciste...-Pidió el castaño, claramente curioso.

El contrario elevó una de sus manos, rápidamente unas chispas doradas se formaron entre sus dedos, sorprendiendo descomunalmente al extranjero.

-Es una técnica familiar, producto de gran entrenamiento, cualquier parte de mi anatomía puede emplearlo.-Sonrió.-Es conocida como hamon.

-¡Wow!.-Un sonido de sorpresa salió de la garganta del heredero Joestar.-¡Eres una persona realmente interesante! ¡Los italianos están llenos de sorpresas!

-Se nota que no eres de por aquí...-El ojiverde lo analizo meticulosamente.-¿Eres un turista?

-Si, en realidad vine desde Inglaterra por asuntos de familia.-Se encogió de hombros.-Deduzco por tu acento que eres de aquí.

-¿Bastante obvio?.-Pregunto, siendo claramente sarcástico.

-¿Tienes un nombre extravagante acaso?

-No lo considero así...-Extendió su mano.-Caesar Zeppeli, un placer.

El ojiazul apretó su mano, recibiendo gustoso el saludo.

-Joseph Joestar.-Sonrió.-De casualidad...¿conoces un restaurant cerca de aquí? ¡Muero de hambre!.-Se quejo infantilmente, tomando su estomago con dramatismo.

-Bueno...hay un local de comida típica cerca de aquí...

-¡Estupendo, vamos a comer Caesar-chan!.-Exclamo con una sonrisa bobalicona que denotaba su alegría, ya que para él era agradable el conocer gente nueva en sus travesías.

Caesar miro a Joseph con una ceja encarnada...

¿Desde cuando se ganó ese apodo?





Bellezas italianas. •CaeJose•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora