La vida sin vida

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Ellos no saben cómo nos sentimos, atrapados en un mundo en el cual no queremos estar, donde no queremos dejar rastro de nuestra existencia, donde a veces es más fácil suspirar que hablar, donde un simple error puede dañar todo lo que conocemos, todo lo que alguna vez amamos. Ellos no se enteran de quien somos, ni porque estamos aquí, no nos pueden ver completos y quizás sea mejor así. Ellos no piensan como nosotros, no tienen el peso del mundo en sus hombros. Nadie se imagina la cantidad de dolor que podemos llegar a sentir, y aún así, mantenernos callados. Hemos sido desterrados de un lugar totalmente pacífico, y llevados hasta el mismo infierno, y no nos quejamos. Nuestras heridas jamás se podrán cerrar, porque nuestra fe ya se ha perdido completamente. Nuestra única compañera es la soledad, y nuestra conciencia, que nos torturará por siglos, incluso después de haber muerto. Llorar no servirá de nada, nuestras alas no volverán a crecer, no volveremos a volar. No somos ángeles, tampoco personas, somos lo que nadie conoce, en quien nadie nunca piensa, somos almas, almas desterradas del paraíso. Tenemos un corazón totalmente destruido, y una mente que jamás dejara de pensar en los errores que cometimos. Estamos totalmente a la deriva, sin poder tener nuestra conciencia tranquila, totalmente perdidos en nuestras mentes. Ya no importa si nos mantenemos vivos, si uno muere todos morimos. Somos así, nuestras mentes y almas están conectadas entre sí de una forma inexplicable. El dolor es grupal, también estar feliz, aunque hace mucho que no hemos sentido un dolor tan inaguantable o algo que de verdad transmita alegría. Nos vamos destruyendo física y mentalmente con el tiempo, somos el polvo viejo que se va de las montañas y no llega a ningún lado con el tiempo. Estamos totalmente acostumbrados al dolor, por eso ya nada nos afecta tanto. Es difícil decir que carecemos de emociones, pero si lo dijéramos tampoco nos equivocaríamos tanto. Estamos aquí, y ya nadie puede hablar, ya nadie puede decir nada, y estamos aquí, y nuestros ojos jamás se cansaran de ver las maravillas de un mundo muriéndose poco a poco, y estamos aquí y jamás nos iremos, aunque podamos.

~Lucii Macalli~

Días OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora