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La estrella.

Mire la estrella,
esa brillante estrella,
mientras caminaba con calcetines blancos y oliendo el dulce olor de la hierba.
Sostenía el libro de todos mis recuerdos en una mano y la otra sobrevolaba el cielo.
Pensé en ti y el mundo sé paró.
Ahora esa brillante estrella dejó de ser júpiter para convertirse en ti.
Caminabas con zapatos, despeinado y con prisa,
Pero no la suficiente para impedir apreciar lo hermoso.
Ese beso en la frente fué todo menos indiferente.
Te miré y me miraste como el que mira una estrella.
Pero el error es que la estrella que miraba aquella noche eras tú.

Aquí os dejo una de mis poesías favoritas.

Pd: dedicado para todas las estrellas en especial a mí estrella.

Con amor;

Esther G.❤️

Amor y dolor en cuatro líneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora