Bienvenido a su nueva vida, little Bird

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Hoy es el dia

el día en el que todo cambiara, apenas amaneció y yo ya tengo los ojos abiertos, jamás e logrado dormir demasiado, pero tampoco me apetece levantarme, asi que estoy mirando el techo de mi recamara. puedo durar asi por horas sin moverme sin problemas, acabo de cumplir 17 años, edad en la que me venderán a mí nuevo amo, me iré de casa, me pondrán en exhibición y seré condenado a servir a una familia mágica por el resto de mis días, asta que muera de causa natural o algo me mate, ese es el destino de un Snow

Me levanté de mi cama y me puse mi ropa, un suéter rojo y un pantalón oscuro, mis botas preferidas y salí de mi habitación, sabía que no la volvería a ver pero en realidad no me importaba, baje a la sala en la que mi madre y padre me esperaban para desayunar, la casa estaba bastante limpia y fría como siempre, era un lugar acogedor en realidad, no podía quejarme de que me faltará algo en el tiempo que estuve aquí, siempre tuve comida, una cama, ropa, pero eso no cambiaba mi destino

- El recolector vendrá medio día por ti Remi, sera mejor que te prepares- soltó mi padre para acabar con la calma en la mesa

Tobías Snow era su nombre, un hombre grande y fornido, con una espesa y enmarañada barba blanca que le cubría casi todo el rostro, un ojo ciego y el otro tan oscuro que podrías sentir como te tragaba si lo mirabas demasiado, el gano su libertad hace muchos años, se caso con mi madre y tuvieron 4 hijos, aun cuando sabían que estos tambien tendrían que ser entregados en ofrenda a la deuda familiar

- lo sé padre, ya estoy listo no será problema-

- recuerda que el servir como un Snow es uno honor hijo y que nuestra familia se a encargado de mantener esta tradición

Mi madre, Virgin Snow, una mujer de cabello plateado, rizado como el mío, muy hermosa y hogareña, con un rostro amable pero que reflejaba la fuerza de su interior, se miraba tan orgullosa mientras lo decía que casi me sentía mal de no pensar como ella

La familia Snow fue una de las primeras familias humanas en existir, y tuvo una participación significativa en la gran guerra mágica, pero después de la guerra los reyes humanos pidieron un deseo, que su gente fuera apartada de las guerras de las otras razas para que jamás se sufriera como en aquella, ya que estuvimos muy cerca de la extinción en aquella ocasión, y el rencor y miedo que se sembró en los corazones de los humanos podría afectar el equilibrio una vez mas, o eso es lo que mi padre y los demas ancianos del pueblo nos enseñaron

Los dioses les escucharon, y crearon un velo en los ojos del hombre, para que olvidaran a las demás razas, pero requerían de humanos que se quedarán en contacto con las el reino mágico, y que el orden natural se mantuviera equilibrado, y el primer Snow, mi más viejo antepasado fue tan estúpido que en compañía de otros 5 imbéciles nos ofrecieron de carne de cañón ...

Para ser honesto a mí no me agradaba la idea en lo más mínimo, toda la vida había sido entrenado de manera brutal, me enseñaron a valerme por mi mismo, cazar mi propia comida y a pelear mejor que nadie, y todo para venderme como el mercenario mascota de alguna tonta criatura que seguramente me ponga collar y me tenga como si fuera un perro o algo así, presumiendo que tiene a su humano para lo que le de la gana

Cuando terminamos de comer, mi padre y yo hicimos nuestra rutina de todos los días por última vez, comenzando por agradecer a mi madre por la comida y ayudarle con los platos, salimos al bosque y competimos por quién cazaba a la presa más grande, yo me sentí seguro de llevar un oso gris en mis hombros, pero mi padre presumiendo como siempre llevaba un maldito lobo gigante con todo y sus crías

Después entrenamos, mi padre con su enorme Masó de batalla, el cual aún conservaba la sangre de todas sus víctimas, incluyendo la mía por supuesto y yo peleando a mano limpia, ya que siempre rompía las armas y ya no me dejaban usarlas

The Magical Bazaar of The Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora