Cover up 1

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Parecía que iba a ser otro día más de los que acababa la tarde aburrido, observando cosas extrañas en el pc del estudio. Odiaba a muerte cuando la parejita de novios, decidía tatuarse juntos y al final uno de los dos se echaba atrás al ver el sufrimiento exagerado del otro. Eso le hacía perder su tiempo, lo estresaba y siempre terminaba con una mueca algo graciosa formándose en sus labios. Jung Ho Seok era uno de los mejores tatuadores de Seoul, incluso se podría decir de toda Corea.


Hacía años, había cambiado el despacho de abogado acomodado, por un estudio de tatuajes. Aquello le hacía realmente feliz, el arte corporal era hasta ese día, la única cosa que había llamado su atención. Los tatuajes lo hacían evadirse del mundo, el ver como la gente se marchaba de allí feliz, sonriendo o incluso llorando de alegría por reparar algo dañado o crear algo nuevo, era un intenso sentimiento positivo de estar haciendo lo correcto en su vida.


Suspiró agotado mientras miraba el reloj una vez más, aún le quedaba una hora más allí para cumplir con el horario del estudio. Podría levantarse y cerrar el estudio sin más hasta el día siguiente...

Ho Seok alzó de golpe la cabeza y miró tras el cristal cuando escuchó la puerta abrirse. Sintió sus mejillas colorarse, e incluso hasta como sus orejas comenzaron a arder ¿acababa de entrar la perfección por la puerta de su estudio? Aquel chico de tez blanca como la nieve, se había detenido frente a las fotografías de sus covers y asentía suavemente como aprobando aquello.


—Buenas tardes — no entendió por que, pero al mirarlo al rostro por primera vez, tembló desde la cabeza a los pies. Ho Seok sintió como una tristeza enorme lo comenzó a ahogar en ese preciso momento — ¿en qué puedo ayudarle?


—Necesitaría urgentemente que borrará algo de mi piel — el chico de tez blanca apoyó las manos sobre el mostrador y miró a Ho Seok a los ojos — me han dicho que puedes ayudarme, que eres el mejor en este arte — se podía escuchar la angustia, incluso empezaba a temblarle la voz.


—Cálmate, por favor — el tatuador frunció el ceño y sus labios en forma de triangulo "modo molestia" se acentuaron todavía más en su rostro—podría darte cita para dentro de cuatro días.


—¡Necesito que sea ahora!—la voz del pálido fue exigente pero no elevada—por favor—aquello sonó más como súplica.


—¿Y qué es lo que cree que lo haría tan especial?—Ho Seok negó con la cabeza y miró los ojos gatunos y desolados del muchacho—estoy a punto de cerrar mi estudio por hoy ¿acaso usted es más importante que los demás clientes que pidieron turno con educación?


—Necesito que me tape un nombre—dijo al fin agachando la cabeza el pálido—hoy estuve a punto de arrancarme la piel a tiras dos veces—negó frenéticamente con la cabeza—necesito quitar su último recuerdo, su última huella, la última parte que aún duele y me recuerda quien soy.


—Esta bien—Ho Seok bajó la persiana del estudio hasta dejarla solo tres dedos alzada—cerraré por dentro el estudio—acto seguido cerró con llave la puerta y le indicó que pasara dentro, a su estudio privado—dejaré las luces de fuera apagadas.


Cuando volvió dentro, pudo ver como el pálido muchacho frotaba las palmas de las manos sobre sus pantalones vaqueros. Seguramente estaba ansioso, aquello debía ser una situación incomoda para él ¿por qué era tan importante quitarse el nombre de aquella persona?  

Cover UpWhere stories live. Discover now