monedas de chocolate | taekook

❁Capítulo 21❁

Baby shark otra vez en la radio, quería matarlos pero eran sus hermanos acompañados de Jeon. Sí, Jeon cantando a todo pulmón Baby shark con sus hermanos, era bastante lindo ver los intentos del baile que daba en el asiento. En ese momento agradeció que sus padres alquilaran una casa rodante, lo agradeció bastante debido al espacio, odiaba el espacio reducido y a sus hermanos sobre él.

—Tae, estás muy callado—la voz de su mamá hablándole lo sacó de su burbuja.

—Oh, lo siento.

Apoyo su codo en el espacio de la ventana para acomodar su cabeza en la palma de su mano. Podía ver sólo la carretera, los autos pasar y un extraño sentimiento de soledad abrazarlo.

Cerró sus ojos soltando un suspiro, algo no se sentía bien, para nada bien. Quiso descifrarlo en ese momento pero un peso en el asiento a su lado lo sacó de la burbuja, abrió sus ojos para ver a JungKook junto a él.

—¿Qué pasa?

Apenas escuchó el susurro que salió de los labios del menor.

—Nada, realmente nada—le sonrió para acariciarle la mano que había dejado sobre su rodilla.

—TaeTae...

—Te quiero.

Sintió ganas de llorar, realmente lo quería, lo quería tanto y eso no lo dudaba. En ese segundo comprendió que era lo malo, lo que lo hacía sentirse así, lo recordó y quiso llorar aún más.

—Vamos a parar aquí, olvidé el repelente para Seung—anunció el señor Kim al momento de doblar rápido, todo se sacudió debido al movimiento.

La mamá de Tae levantó la mano para dejarla caer en la cabeza de su esposo, era un bruto.

—¿Alguién bajará?

Los menores gritaron en una respuesta positiva mientras tanto los mayores negaron.

Los cuatro bajaron en dirección al pequeño lugar de abastecimiento, según se veía era un mini market o algo así.

JungKook miró a Tae, se veía tan inmerso en sus pensamientos y eso lo preocupaba, nunca se encerraba tanto. Llevó su mano al cabello del perdido para hacerle tiernos cariños con una sonrisa, que no se sentía feliz.

—No sé qué pasa, sea lo que sea espero que no te tenga así durante el viaje—le dijo claro, luego se levantó esperando que la mano de Tae lo detuviera...

Eso no pasó, Tae nunca le tomó la mano.

¿Qué mortificaba a Tae? ¿Qué lo hacía sentir tan mal?

Min... Min Kyung.

—Si es por mi profesor de inglés, dímelo—le dijo desde su lugar llamando la atención del mayor—. Si es por mi actitud infantil y positiva, dímelo.

—No es eso, no es nada de eso—negó extraño con una mueca.

—Creo que no debería haber venido, SeokJin Hyung más NamJoon Hyung y parque de diversiones sonaba bien. Lamento arruinar tus vacaciones, ¿Sí?—de pronto sintió la culpa sobre él y necesitaba sacarlo—. No es mí culpa no tener familia.

Tae entendió el daño que le estaba provocando, realmente estaba pasando el límite. Se levantó lentamente, miró a su pequeño Kookie que miraba por la ventana sin ningún lugar en especial, lo vió tan perdido como él.

—Estoy malditamente feliz de que estés aquí conmigo, es lo que quería. Lo que siempre voy a querer es tenerte a mi lado, JungKook—lo llamó pero fue ignorado—. Hey, mírame.

—De qué vale hacerlo, Hyung me quiero ir.

—JungKook.

—No.

—JungKook.

El menor frunció su ceño y apretó sus dientes.

—Déjame.

—No.

—Déjame.

Tae suspiró tirando de su cabello castaño claro, se mordió la mejilla internamente y volvió a suspirar.

—Sólo si me besas.

El menor se giró rápidamente, se suponía que no se besarían en el día, lo habían planeado así. Se sintió feliz pero dudoso, qué pasaba si llegaba su familia.

—Por favor, deja besarte—se acercó juntando sus frentes—. Sólo uno...

La respuesta fue rápida, los labios de JungKook lo recibieron alegremente, se sentía tan bien.

Cada vez que se besaban tocaba el cielo y el infierno al mismo tiempo, se sentía el paraíso y la perdición, lo bueno y lo malo, lo correcto y el pecado.

—Tae...—le alejó la cara un poco, miró sus ojos cafés que resultaban debido a sus pupilas dilatadas—. Pueden venir.

—Está bien—le besó los labios en un solo toque antes de volver a su asiento.

Podían fingir, pero no estaban bien.