❁Capítulo 24❁

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Tae tenía claro que aunque JungKook era menor era mucho mejor en deportes y eso quedaba en claro por la carrera que habían propuesto, Kookie iba metros más adelante.

Al llegar a la casa del mayor sólo se sentó a esoerarlo en las barandas al lado de la calle. Rió al verlo con las mejillas rojas y respirando profundo.

—Necesitas más deporte, eres bastante malo.

—Me he distraído, soy igualmente rápido—caminó bajando las escaleras hasta su patio donde Yeontan dormía feliz en su cama.

—TaeTae, ¿No te has enojado?—el mayor rió ante la preocupación de JungKook, se giró para darle un beso corto en los labios.

—No me podría enojar con mí bebé.

El menor le hizo una mueca tierna para luego seguirlo dentro de la casa, dejó su bolso donde guardaba su pijama a un lado del living. Vió a Tae buscar jugos pero por petición del menor, ahora tenían que contener Aloe Vera.

Tae caminó hasta Jeon pasándole la botella, se acomodaron allí en silencio.

—¿Cómo van tus dibujos?

—Mejorando cada vez—le sonrió para tomar el cuaderno que se le había quedado en la mesa de Tae el día anterior.

Todo se quedó en silencio, aunque era bastante cómodo. TaeHyung miraba los dibujos de JungKookie animadamente mientras sus pies descansaban sobre los del menor. Sentía como JungKook movía su pie nervioso, además estaba tocándose mucho los labios –poniendo más nervioso a Tae–.

—Deja de hacer eso, estamos en mi casa y te daría mucha vergüenza si nos encuentran besándonos—la voz de Tae sonó con naturaleza mientras pasaba al otro dibujo.

En cambio las mejillas de JungKook eran rojas, teñidas en su totalidad.

¡Se atrevió a decir eso!

—Hy-hyung—tapó su cara ruborizado, ocultando todo de su Hyung.

—¡TaeHyung, vimos a Kyung!—gritó su hermano menor interrumpiendo a ambos chicos que estaban en su mundo.

Kyung, ese nombre hizo que Tae palideciera, se suponía que habían dejado todo claro hace unas semanas, luego de las vacaciones.

—Mamá dijo que sólo lo saludaramos pero Noona lo invitó a cenar.

Mierda, mil mierdas, JungKook cambiaba de humor al escuchar ese nombre.

—¿Qué le dices?—la hija intermedia de la familia Kim apareció arreglando su flequillo—¡JungKook Oppa!

—No és tu Oppa.

Todos miraron a Tae que se levantaba con el cuaderno de dibujos en sus manos. Levantó a JungKook igualmente quien se mantuvo en silencio, siguiendo a su Hyung por las escaleras.

Al llegar a la habitación el ambiente tornó a incómodo, TaeHyung se tiró sobre su cama boca arriba, procurando que el cuaderno del menor no cayera.

—JungKook yo...

—No pasa nada con eso Hyung—cortó inmediatamente a su enamorado—. Kyung es parte de tu pasado, su historia ya cerró el capítulo.

Dió unos pasos para reincorporar a Tae de la cama dejándolo sentado. Acarició su cabello y con mucha prudencia se sentó en las piernas del mayor.

—Ahora estoy yo aquí, ¿Verdad?—tocó el lugar donde latía rápidamente el corazón de Tae—. Kyung perdió su turno de amar a TaeHyunggie, ahora es el turno de Jeon JungKook.

¿Podía ser más lindo JungKook?, lo más probable y certero es que la respuesta sea negativa.

—Tan lindo—murmuró sobre la boca de JungKook para atraerlo hacía un beso, prudente y totalmente tierno.

Las manos de Tae se mantuvieron en la cintura de Jeon, mientras que el recién nombrado puso sus manos en las mejillas del castaño.

Cuanto lo amaba.

—JungKook, ¿Qué sería de TaeHyung sin ti?

Eso sólo fue un incentivo para que el beso se tornara más rápido, el agarre de JungKook se cerro en el cuello del chico que ya casi sentía su corazón explotar.

—Realmente no debes preocuparte de Kyung, está muy olvidado—besó suavemente la mejilla del contrario—. Bajo mil llaves, ahora lo importante es una cosa.

—¿Cuál?—la mirada curiosa del pelinegro estaba en la boca del mayor.

—Sólo te amo a ti.

monedas de chocolate |  taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora