Isabel siempre acudía a las 7:15 en aquel rincón del café Moliere, era más que una simple rutina, siempre sentada viendo hacia el mostrador como si esperara a alguien.
-Hoy tampoco vino...
Se atrevió a terminarse su café que ya había rellenado unas 2 veces antes, busco en su bolso una cuantas monedas para darle la propina a Jack, el único mesero en toda la ciudad que trabaja a esas horas de la mañana sin queja alguna; dejo las monedas en la mesa y se dispuso a irse, ya era demasiado tarde para perder el tiempo con un presentimiento. "Estoy segura que vendrá hoy, tiene que ser hoy" siempre despertaba pensando eso, desde que ella lo vio, a ese hombre tan triste y solitario que pareciera que carga no sólo el mundo en sus hombros, si no que carga un universo entero.
-¿Te vas tan pronto, primor?
-Es tan tarde para mis asuntos y es demasiado temprano para tus halagos Jack, tal vez deberías de ponerte a trabajar,¿no crees?-.vio como el apuesto joven recogía las monedas que ella había dejado hace un momento. El sólo le sonrió como siempre, falsamente-que porquería- ella pensó.
-Deberías dejarme invitarte a salir, yo debería ser quien te pague las cosas y te de dinero para que te compres algo lindo, como...no se, ropa más sensual...- dijo mofándose del suéter que pareciera haber sido tejido a mano por una anciana de mal gusto.
-Nunca lograrás tenerme, bastardo.
Jack río, pereciera que de gracia pero en verdad fue de enojo, era típico de Isabel, ella podría ser la mujer más hermosa que el conocía, pero su actitud siempre era así, cambiante, tan linda y dulce, y de la nada ¡pum! Pareciera hija del mismo Lucifer, tan fría y grosera, ese era su "toque especial", lo que le atraía de ella, el como puede volverse realmente un animal cuando se lo propone, con esa cara de ángel, sin duda, la mujer más extraña que el haya conocido.
-Al parecer por tu cara, te volvieron a dejar plantada-ella realmente tenía una cara desanimada.-¿no has pensado que tal vez ese tipo no se, tal vez no es de aquí y sólo vino de paso? -Dijo Jack, mientras limpiaba la mesa- deberías dejar de esperarlo, y darte otra oportunidad...de inten-no pudo terminar.
-No hay otra oportunidad, no existen la segundas oportunidades, sólo no dejes que la primera se esfume.
-Eso es justamente lo que pasó, se esfumó, se fue, déjalo así.
-No me daré por vencida querido Jack, además te sugiero que te apures, porque la señora de la mesa 7 quiere la cuenta.-le sonríe como si nada, le giña el ojo y sale a enfrentarse al mundo que ella tanto teme-.
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Aflicciones
General FictionEra de noche, no había luz, no habían estrellas, sólo un turbio cielo oscuro, como si la luna y las estrellas se hubiesen puesto de acuerdo en dejarlo solo, Iván estaba sólo, cerro los ojos para despejar su mente y olvidarse de ella.... —Algún día c...