Melancolia.

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Eres un maldito...
Lo lograste, hiciste que todos sintieran lastima por ti, hiciste que todos olvidaran lo que habías hecho. Pero yo nunca lo haré...

Aunque bueno, no fue malo del todo. También tuvimos buenos momentos. Como ese día en el que los dos asistimos por coincidencia a la fiesta de Thomas... Yo acabe tan ebria, no podía sostenerme, y todas mis amigas me habían abandonado por algún chico.
Entonces llegaste tú... con esa player negra, esos jeans rotos, y con esa voz tierna, que al mismo tiempo me daba seguridad.
Te ofreciste a llevarme.
Lo único que dijiste en todo el camino fue "¿dónde?" Y al llegar a mi casa, después de 53 minutos de camino, yo ya no estaba tan ebria, pero no podía entrar así a mi casa.
Mandé un mensaje a mis padres diciendo que me quedaría en casa de una amiga. Pero ahora el problema tenía 19 años y estaba apunto de estallar por haber conducido tanto tiempo.
Y justo antes de que pudieras pronunciar una sola palabra, te robé ese beso. Ahh, ese maldito beso...

Al principio debo de admitir que solo fue para que te callaras. Pero no funciono del todo bien, estuvimos hablando todo lo que restaba de la noche mientras tú conducías ahora con dirección a tu casa. Si, tal vez debí haber entrado a mi casa y aceptar la regañada. Así hubiera evitado lo qué pasó en ese cuarto... lo que dejé... lo que sentí... lo que hicimos...

Mi filosofía siempre ha sido no arrepentirme de nada porque gracias a lo que he vivido soy quien soy ahora. Pero caray, siempre pusiste en duda todas mis creencias y filosofías,  y aunque no me arrepiento de todo lo que pasamos, me arrepiento de esa noche...

Después de un adiós Donde viven las historias. Descúbrelo ahora