Después de un adiós

Hogar

Nos bastó esa noche para conocernos, nos bastó esa platica acerca de nosotros y nuestros gustos para conectar... no fue algo que planeáramos.

Creo que en el fondo tú intension nunca fue lastimarme...

Al llegar a tu casa callamos una carcajada que habíamos sostenido por 10 minutos. Los dos nos miramos por un instante, como si fuera el momento perfecto para otro beso...

No fue así...

Te bajaste del auto y yo igual. Abriste tu casa sin decir una sola palabra, y al poner ese primer paso por dentro, escuche como tragaste saliva.

Era pequeña, solo había un sillón para 2 personas, una mesa, un cuarto, baño y cocina.
Miraste hacia mi con la mirada un poco penosa y me dijiste que podía dormir en el cuarto y que tú dormirías en el sillón. No se veía nada cómodo ese sillón, así que te dije que no habría problema en dormir juntos.

Claramente lo había,  me sentía rara porque nunca había dormido con nadie a mi lado, y al parecer tú tampoco.

De un momento a otro fue como si lleváramos años de conocernos. Los dos nos habíamos desvestido en frente del otro, poniéndonos algo más cómodo, me diste una playera que te quedaba grande, y usaste un short y una playera sin mangas.

Cuando nos acostamos lo único que se nos vino a la mente fue abrazarnos he intentar dormir. Pero ya era demasiado tarde para dormir, eran las 4 am y quedaban muchas cosas de que hablar.De sus padres, de los míos, de la forma de ver la vida, de las expectativas que teníamos del mundo y de nosotros mismos en la sociedad. Pasaron un par de minutos y aún recuerdo esa mirada que tenías, esa mirada esperando que te robara un beso mas...

No lo hice...

Yo sabía que si te besaba, eso no acabaría pronto, así que decidí esperar.

Pero justo en el momento que creí que estabas apartando esa mirada, me besaste....