La Granja de Padre

6 1 0
                                    

La vida en la granja es la más rápida que pueda existir. Te despiertas con el Sol para ir a trabajar, a veces con el estómago vacío, la mañana es el mejor momento para darle agua a tus cosechas; a medio día quitar las malas hierbas es crucial, después de eso podrás comer; ya en la tarde, cuando el calor azotando la espalda de los hombres se marca en sus frentes con sudor, es momento de cuidar a los animales, llevándoles comida, agua, y limpiando sus inmundicias; no hay mucho tiempo para las banalidades. Apenas hay tiempo para comer, y los únicos momentos que se pueden utilizar para estar ebrios es cuando se debería estar durmiendo, por lo que antes de darse uno cuenta la vida ya ha pasado.

Ir por cubetas en mi rutina diaria de llevar baldes vacíos para traerlos llenos de agua se había vuelto de algo aburrido a algo tedioso, veía día tras día todos hacer trabajos reales mientras yo sólo daba vueltas por ahí con una cantidad de agua tan ridícula que no valía la pena siquiera tomar en cuenta. No envidiaba a Kano, al final de cuentas el problema no es que nadie me retrasara, sino más bien que yo no podía seguir el ritmo; y yo lograba comprender eso.

Hubo un día en que me sentí capaz de hacer lo que todos los demás, por lo que me planté frente a mi padre una mañana con toda la determinación que no había tenido jamás en la vida.

- Hoy trabajaré junto a Kano.

Esperaba algo así como una refriega, o por lo menos que se negara al instante, pero en su lugar posó su mano sobre mi hombro y se agachó para acercarse a mí.

- Ya era hora de que lo dijeras ¿No crees? -Gritó a mi rostro- Pensé que nunca lo harías, de tanto traer agua tu madre y yo estábamos pensando en que podríamos hacer otro pozo. Despierta a Kano y dile que otra vez se le está haciendo tarde. Te lo digo, ése chico tiene la fuerza de un toro, pero hay veces en que es tan holgazán como un cerdo.

Quedé atónito un momento mientras mi padre me miraba fijamente, esperando a que hiciera algo. Cuando volví en mí, fui corriendo directamente hacia la habitación donde dormíamos Kano y yo sin decir una palabra, a mi espalda se escuchaba las risas de mi padre de fondo, y hacia mi destino, los ronquidos de mi nuevo compañero de trabajo.

- ¡Hey, Kano! -Al llegar a su cama comencé a agitarlo como si mi vida dependiera de ello, y aún así tomó unos segundos antes de que lograra despertar- Por fin voy a trabajar en la granja. Los días de llevar baldes se acabaron para mí.

- Entonces por fin lo preguntaste, ¿huh? -No se había cortado el cabello desde que llegó con nosotros, por lo que su aspecto al despertar era como ver un desastre personificado; la saliva seca en el rostro y sus ojos a medio abrir daban un toque especial-. Ya era hora, pasar tantas horas solo puede ser muy aburrido.

- ¿A qué te refieres con "por fin"? ¿Tú sabías que mi padre estaba esperando que se lo dijera?

- Claro que sí, me lo dijo un par de noches después de que llegara -Su honestidad era brutal, normalmente soltaba las cosas que le decían con facilidad y sin necesidad de preguntarle nada, sólo había una cosa que lo detenía de decir todo-. Pero tu padre me hizo prometer que no te diría -Y eso era su palabra; tenía un concepto de honor muy firme para alguien que había llegado a vivir en las calles-, "debe aprender a desafiar a las autoridades si lo cree pertinente", fueron sus palabras.

Supuse que no lo guardó más porque ya realmente no importaba guardarlo, era una cualidad que siempre admiré de él.

- Claro, suena a algo que diría. Pero ahora es momento de ir a trabajar, que ya se está haciendo tarde.

- ¿Te dijo algo más a parte de venir conmigo? -Negué con la cabeza- Entonces sólo van a ser mis actividades, pero con un par de manos extra. Acabaremos en seguida. Ahora lo importante es tomar un buen desayuno de las patatas que sobraron anoche.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 18, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Una espada rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora