Capítulo 1

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El castaño abrió la puerta somnoliento, como cada mañana a la espera del correo. Bostezo mientras colocaba el montón de cartas y un par de cajas sobre la mesa haciendo a un lado los pinceles de Steve y las herramientas con las que el mismo estuvo trabajando hasta tarde. 

Adoraba su hogar, un modesto departamento, cálido y acogedor. Quizá lo único que lamentaba de su piso era que no tenía suficiente espacio para montar un taller, tendría que replantearse la idea de comprar otro cuarto en ese mismo edificio.

Soltó un suspiro y se dispuso a revisar el contenido de manera monótona... Facturas, invitaciones, más facturas, una caja de lo que parecía ser las revistas de historia antigua que Steve acostumbraba ordenar, nada fuera de lo normal... Hasta que llegó al segundo paquete, el que estaba perfectamente envuelto en papel verde oliva.

El simple color ocasionó un escalofrío en Tony quien lo desenvolvió quedando congelado cuando reconoció la inconfundible letra cursiva de la nota.

"No pude evitar pensar en ti con esto..."
Loki L.

Loki...

¿Cuánto tiempo hacía desde Loki?

Con dedos temblorosos elevó el libro de poemas, una primera edición, por supuesto, la pasta dura y páginas desgastadas lo delataban. Stark llevó el manuscrito hasta su nariz e inspiró el aroma inconfundible, asociándolo de inmediato a un sofá, una estancia blanca y una alfombra verde.

Permaneció estático, quizá por segundos o minutos enteros, incapaz de liberarse del hechizo de sus memorias. Salió de su estupor cuando la caja resbaló de la mesa haciendo eco en la silenciosa cocina. Tony tomó uno de los bolígrafos y un pedazo de papel para escribir algo en agradecimiento, pero se detuvo apenas el bolígrafo toco la hoja. No, Loki se había desvanecido de su vida de manera tan esporádica como apareció, mejor dicho como Tony lo hizo desaparecer y no iba a volver... Como un demonio que no...

Unas grandes manos se aferraron a su cintura y el castaño respingo sorprendido.

—Buenos días— murmuro Steve somnoliento contra su nuca— ¿Qué tanto haces?

Tony se tensó apretando el libro contra su pecho.

—Revisando la correspondencia.

—Mmm ¿algo interesante?— susurró el rubio adormilado.

—Tu suscripción, creí que la habías cancelado— respondió al instante.

—¿Por qué haría eso cariño?— le respondió el otro besando tiernamente su cuello antes de dirigirse hasta los gabinetes a sacar los ingredientes para preparar el desayuno.

Tony miró a Rogers quien aún llevaba puesta la ropa de dormir, sus cabellos dorados despeinados por la almohada y sus pies descalzos. Esa imagen era la que había decidido mirar por el resto de su vida y no iba a cambiarla por nada. Mordió sus labios dándole un último vistazo a aquel libro. Solo era un simple obsequio, no es como si Loki hubiese decidido presentarse de nueva cuenta en su vida.

Tony suspiró decidido a dejar ese asunto por la paz, si al pelinegro le daba una especie de cierre ese obsequio que así fuera, el por su parte debía pensar en su presente que ahora llevaba el nombre de Steve Rogers.

***

Con más energía arribo a su oficina en Industrias Stark. Aquella empresa que su padre le había heredado y que el orgullosamente se había encargado de transformar de una armamentista a una que trabajaba con fuentes de energía limpia y tecnología.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2022 ⏰

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