OBSCURIDAD

Capítulo 1

EL INICIO DE TODO

MIA

Comencé mi camino hacia la biblioteca, encontrándome con Janne en la puerta principal, estaba colocada de una manera en la que llamaba mucho la atención, ella podía hacerlo, era hermosa, amable y despreocupada de la vida, admiraba eso de ella, siempre buscando una manera de sonreír y encontrarle el lado positivo a las situaciones, estruje mis libros más contra mi pecho, esperando que nadie me notara, pasar desapercibida y pidiéndole a algún ser omnipotente en el cielo que mi pasado no me alcanzara, esperaba que ellos jamás me encontraran, era mucho el tiempo que había transcurrido y ahora ya no estaba dispuesta a renunciar a todo.

-¿Qué pasa? –pregunto una preocupada Janne.

-Nada.

Sus ojos me vieron con determinación, pero asintió dejando el tema. Eran momentos más que difíciles para mí, no lograba concentrarme en nada, necesitaba un descanso.

-Escuche que hay una fiesta este fin de semana, Podríamos ir...

Un intento más en esta semana, la verdad esperaba que se cansara de hacerlo aun podía ir con el resto de las chicas, solo yo no podía hacerlo.

-No lo creo posible.

-Vamos, Mia, es solo una fiesta...

Recordé como mi padre solía decirme eso todo el tiempo, tal vez era una niña inocente en aquel entonces, pero aun había sueños, metas, esperanza, ahora era una cascara de eso, un ser vacío lleno de tristeza.

-Lo sé, pero necesito terminar este ensayo.

-Si mal no recuerdo, anoche dijiste que lo habías acabado desde hace dos días, ¿Qué sucede? Prometiste esforzarte, pero no veo que lo intentes.

Era cierto, ella era mi mejor amiga, como una hermana, quien no dudo en dejar todo y seguirme a California, siempre me he preguntado cual fue su razón, pero ella simplemente dice que necesitaba espacio, amabas lo hacíamos, pero de distinta manera, Janne ocultaba lo que le pasaba con un semblante extrovertido, yendo y viniendo con un chico u otro, dejando a su paso muchos chicos ilusionados, era su manera de pasar por las cosas, nunca la juzgaba, trataba de comprenderla así como ella comprendía mi manera de enfrentar todo, incluso lo hizo cuando ya no pudo abrazarme o simplemente tocarme, la amaba por ello, porque con el paso de los años ambas nos habíamos acostumbrado y ya ni siquiera era extraño para nosotros.

-Lo hago, solo, es demasiado ir a una fiesta.

-Estas son divertidas, Mia.

Intente bloquear mi mente, no podía recordar todo lo que papá decía para convencerme, simplemente me pondría mal y haría una escena. Janne tenía algo de razón, en estas no estarían mis padres obligándome y causándome daño, eso era cosa del pasado, yo podía ir, salir cuando creyera que era demasiado y continuar.

Solo no es tan sencillo con se piensa.

Comenzamos a caminar, en silencio, odiaba hacer esto, decepcionar a las personas y no esforzarme, ¿Cuánto más necesito para seguir? Ellos no están aquí, no me encontraran, por lo menos es fue lo que la abuela y el abuelo prometieron.

El pasillo se encontraba lleno debido a la hora de entrada y pude sentir como alguien rozaba mi hombro, al instante me congele y Janne vio eso, deteniéndose y mirando a mis ojos con temor, esto no puede sucederme, no ahora, no cuando prometí a Janne esforzarme.

-imbécil –dijo ella molesta, pero la preocupación se enmarcaba en su rostro, sabía que me había afectado.

-Estoy...bien –le di una sonrisa que ella estudio con determinación, asintiendo retomo el camino, yo a su lado, esforzándome por no tocar a nadie y que ellos no me tocara, esto era muy difícil, más en una universidad enorme como esta y con personas tan apuradas por llegar a sus clases.