Capítulo 7

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_____ suspiró pesadamente, cuando la lengua de Liam recorrió su vientre, recogiendo las palomitas que había sobre ella.

No estaba muy segura de cómo había sucedido, pero su camiseta se había subido más de la cuenta, y mostraba algo de sus senos, su pantaloncito corto, tenía la cinturilla bajada peligrosamente, y la boca de Liam iba de abajo hacía arriba y viceversa.

Le costaba respirar de vez en cuando, y procuraba no gemir. ¿Pero cómo evitarlo con aquellas caricias tan sensuales?

Maldito fuese…

-¿Has… has terminado ya? –preguntó _____. ¿Por qué tenía la voz tan ronca?

Liam alzó la vista, la miró sonriente. _____ no pudo evitar fijarse en su boca, estaba tan sensual y provocadora después de haber recorrido todo su vientre varias veces.

-Uhm… -se fijó en que él miraba a sus pechos, y tuvo que tragar saliva. Como la tocase más íntimamente, estaría totalmente perdida- me parece ver una palomita escondida…

_____ tragó saliva cuando él se inclinó sobre ella, y su boca rozó uno de sus pechos. Respiró profundamente, de alguna forma debía de controlarse.

-Me parece que no quiere salir –murmuró él- pero no me ganará –dijo.

Y _____ sintió su húmeda lengua lamer cerca de su seno, tocándolo poco a poco. Liam se colocó sobre ella, sin tocarla, tenía una mano a cada lado de su cuerpo, y se sostenía con ellas, su cabeza empujaba su camiseta luchando con aquella palomita que se escondía.

“Cógela ya, cógela ya” –rogó _____, o la cogía o ella acabaría totalmente perdida.

Dios santo, ¿Cuándo se le había ocurrido aquel *beep* juego, en el que se había puesto totalmente a su disposición? Si se levantaba, si decía que se había acabado el juego y se encerraba en su cuarto… aquella tortura acabaría. Dulce tortura…

El aire acarició sus pezones erectos, y ella no pudo evita jadear, al sentir el pelo de Liam acariciárselos.

-Liam –dijo ella, desesperadamente.

-Ya la conseguí –susurró él.

¿Por qué le daba la sensación de que esa palomita no existía? La nariz de Liam le acarició uno de sus senos, despacio y suavemente, hasta que llegó a la cima.

Con los ojos bien abiertos, aunque nublados por aquel deseo fogoso, _____ lo observaba. Sólo debía de levantarse, y todo acabaría…

Abrió la boca para decir, que ya se acababa el juego, pero de su garganta tan solo escapó un dulce gemido, cuando los labios de Liam se cerraron en torno a uno de sus pezones. Si antes sentía calor, ahora sentía como todo su cuerpo ardía.

Liam acababa de encender un lujurioso fuego en su interior… que iba a ser difícil apagar.

Un calor líquido se alojaba en su entrepierna, mojando sus braguitas. Se retorció bajo Liam y arqueó su espalda, sin poder evitarlo. Su respiración se había agitado y no sabía el modo de controlarla.

¿Y si lo empujaba y echaba a correr? Después se daría una buena ducha de agua fría…

-Te deseo –las palabras de Liam la hicieron dejar de pensar, su mente nublada por el deseo, intentaba retomar sus pensamientos, pero la visión de Liam lamiéndole los pezones, junto con el placer que sentía por el acto, la hacía no saber pensar.

-Liam –gimió, cuando él dejó de lamer un pezón para ir por el otro…- ah… -tan tenue, tan sensual…

Él no pudo evitar chupar con más pasión, aquel montículo tan sabroso que adornaba la cima de su bello seno. Mientras que con la boca, se encargaba de mimar aquel bello pecho, y hacerla gemir, con una mano, se dedicó a pellizcar el pezón que se había quedado sin sus caricias, segundos atrás.

Una ducha divertida - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora