"Hablemos de que cuando tenemos algo no siempre lo valoramos, y curiosamente, cuando perdemos ese algo es que le encontramos sentido a su valor, porque recordamos el tiempo que duró con nosotros. La carga emocional, como el arrepentimiento y el dolor, por fin nos hace entender que nos comportamos como un niño cuando lanza su juguete, y por más que llore, no se lo devuelve el rió"