En aquel reino nacen dos niños, pero el egoísmo de su familia los separó. Pasados los años, ellos crecen, y aunque sentían un vació en el corazón, mas que un vació, era una cicatriz que no sanaba, y les dolía el no saber que la ocasionaba.
Un día uno de ellos zarpó a otro país, y al llegar su cuerpo se entumeció, no fue de miedo sino de impresión, vio a una muchacha, que a simple vista lo cautivó, no sabia si era su sonrisa que resplandecía o sus ojos cuando conectaron con los suyos. Ella era extremadamente tierna.
Ambos se unieron, pero el padre del muchacho no quería verla, "aléjate de esa criminal" exclamó el rey, y esas fueron las palabras que le rompieron el corazón.
Pero son dos jóvenes, y un pensamiento guiado por el amor, los hizo escapar sin mirar atrás.
Muy lejos corrieron. Ella comprendía todo el mal cometido, una "criminal" y un príncipe son buscados. Cada vez más se acercaban para atraparlos, y sin miedo el príncipe le dice:
"Utiliza mi ropa de seguro te quedará, yo seré el malo del historia, escapa y no mires atrás"
Y luego pues de que ella marchara, es llevado a la orca. Lo azotan hasta que empieza a llorar. Pero él no lloraba porque se aproximaba su destino final, sino por que la persona que el amaba estaba en otro lugar.
Pensaba en lo felices que pudieron haber sido, felices viviendo juntos, muchas cosas pensaba, pero la verdad fue la primera baja eliminada, porque ella gobernaba en el reino que solía ser suyo.
El rey pensaba en esa muchacha como la villana, pero la verdad es que el príncipe había salvando a su hermana.
De niños fueron separados, y luego se reencontraron por la ilusión de sus pobres corazones, que poco a poco se arrepintieron, por un grabe error que ni ellos cometieron, un error que cambio por completo los planes de la familia real.
