XI

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Luego del encuentro con mis padres, salimos del salón y nos dirigimos dónde nos habían dicho que sería la fiesta.

Aún no podía creer que estabamos por ir a la fiesta de último año.

Desde que entre aqui pensé que nunca iria, que no iba a tener amigos, que nadie se iba a enterar de mi secreto. Pero, las cosas cambian.

Caminábamos por el estacionamiento mientras el agarraba mi cintura, nos dirigíamos a un auto un poco viejo, un Volkswagen Bettle celeste.

- ¿A quién le robaste el auto?

- Jaja, es mío.

Me lo quedé mirando con los ojos muy abiertos.

- No sabía que manejabas, ni que tenías licencia.

- No tengo, pero el auto me lo compraron cuando cumplí dieciocho.

- ¿Y quién lo trajo? No vi a tus padres en la ceremonia.

Apretó un poco el agarre de mi cintura y vi como bajaba la mirada.

- ¿Tae?

- Ven.

Llegamos al auto y abrió la puerta del acompañante, subiéndose él en la del conductor.

- Hay-hay algo que no te conté.

Me asusté un poco con sus palabras, aunque no lo demostré.

- Dime Tae.

Cuando al fin alzó la mirada pude ver unas lágrimas silenciosas pasando por sus mejillas. Y lo abracé.

- Tranquilo bebé, sabes que me puedes contar todo. Soy tu novia y confío en tí completamente.

Sonrió ligeramente y soltó un suspiro.

- Yo también confío en tí y lamento no haberte contado esto antes. Es solo que, ugh, es un poco difícil para mí.
Cuando entré a la universidad no conocía a demasiada gente y tenía miedo, pero mis padres fueron quienes me acompañaron por la dirección, las aulas, incluso mi habitación. Conocieron a los chicos y gracias a ellos me pude hacer amigo de todos muy rápido. Siempre fui tímido, aunque no lo parezca. Mis padres siempre me ayudaron con mi timidez.

Paró durante unos segundos y tomé su mano para darle fuerzas para continuar.

- Ellos siempre fueron mis pilares, mis alas. Pero ocurrió algo hace dos años. Me llamaron desde el hopital diciendo que tuvieron un choque. Se lo comenté al director y salí del colegio. Cuando llegué allí me dijeron que estaban muy mal y que tenía que esperar para verlos. Esperé. Esperé dos días y me tomé las vacaciones de invierno en esa semana. En todo ese tiempo solo los pude ver una vez. A ambos en la misma habitación, tomados de la mano, sonriéndome.

Sonrió con su sonrisa cuadrada por solo medio segundo.

- Y-y lue-go, y luego. Ellos-ellos se fueron. Yo estaba por salir de la habitación y escuché un ruido extraño seguido de un pitido. Me giré a ver y allí estaba mi madre mirando a mi padre con una sonrisa, luego se escuchó el segundo pitido.

Las lágrimas ahora eran imparables. Y yo no pude evitar llorar también mientras lo abrazaba.

¿Cómo es que Tae había soportado todo eso él solo?

¿Por qué no le había dicho nada a nadie?

- Tae ¿Por qué? ¿Por qué nos mentiste diciendo que te fuiste de viaje?
Nosotros hubiéramos estado para tí. Y aunque no podamos hacer mucho te hubiéramos ayudado, sé que lo podríamos haber hecho.

- Lo-lo siento. Lo siento tanto en serio. Estaba, estaba tan asustado. Y ustedes estaban tan felices. Yo solo, no se, no quería quitarles esa alegría.

Quise enojarme con él, pero no pude. Él había estado todo ese tiempo solo. Superandolo como podía.

- Está bien, solo espero que la próxima puedas decírnoslo.

- Sí, sí. Por supuesto que sí.

- Te amo.

- Yo te amo mucho más.

Lloramos durante un largo tiempo. En ese tiempo, fuimos ambos al asiento trasero para besarnos lentamente, apoyándonos.

- No hay que ir a la fiesta si no quieres.

- No, sí quiero.

- Pe-

Me silenció con un beso y lo miré frunciendo el ceño para que entiendiera que me había enojado, pero él solo me vió sonriendo.

- Qué linda.

- Tu sonrisa es la linda.

Su intención era que yo me sonroje pero logré que él lo haga (fuertemente) y eso solo hizo que quiera besarlo más.

°°°°°°°°°°°°°°°°°

Cuando finalmente llegamos, Tae me tomó de la mano, la besó y me guió hacia la puerta.

Tae ya estaba mejor y tenía su linda sonrisa cuadrada.

Dentro habían muchas mesas en las que se sentaban los graduados, sus amigos y familiares, y una pista de baile llena de gente, principalmente de mi edad, bailando la música que ponía un DJ en su cabina.

Todo el lugar estaba decorado con telas y detalles celestes. Era hermoso.

Solo había empezado a ver las decoraciones cuando escuché como alguien me llamaba.

Me giré y ví a mis padres saludandome desde una de las mesas. Les sonreí ligeramente para que sepan que los había escuchado.

Cuando pude ver dónde se encontraban mis amigos tiré de la manga de Tae y le señalé hacia donde ellos estaban.

Él asintió y caminamos hasta donde se encontraban. Me sorprendí cuando ví a mi hermana en los brazos de Kookie y cuando ella me vió levanté las cejas varias veces, lo que hizo que se sonrojara.

Nos recibió Jin quien alejaba a un alcoholizado Namjoon, que intentaba besarlo.

- ¡Hola parejita!

- ¿Hola Jin?

- ¡Hola Omma!

- ¡¿Cuántas veces les tengo que decir qu...

- Así es, él es Omma y yo soy Oppa. Ahora dame el besito que nuestros hijos están esperando.

- ¡Na-namjoon!

El Juego De La Botella [Tae Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora