1. ASÍ SOMOS LOS CHICOS MALOS

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La preparatoria de Trost era una de las más influyentes dentro de los territorios de la región de Rose, a ella acudían muchos jóvenes provenientes tanto de la ciudad y sus alrededores, así como de la región de María, puesto que tenía la fama de poseer una excelente calidad academia y deportiva.

Faltaban cinco minutos para que terminara la clase de química, y Jean tenía en mente un plan maestro (a su parecer) de como conquistar el corazón de la chica que lo mantenía embobado desde hacía un tiempo.

-Escucha Marco, hoy es el día en el que Mikasa caerá rendida a mis encantos. -Exclamó Jean mientras sacudía descuidadamente un par de Fiolas repletas de químicos que sostenía en cada mano.

-Si Jean, como tú digas.... ¡Oye ten cuidado con eso!

- ¡Descuida hombre!, lo tengo todo controlado, ahora bien, como te decía, esta vez voy en serio. ¡Tengo un plan maestro! -exclamó emocionado mientras miraba de reojo a su chica. -Estuve investigando sobre todas las cosas que a ella le gustan, ya sabes; cosas sobre magia, wicca y todas esas chorradas -Río al tiempo que posaba el brazo sobre el cuello de Marco acercándolo más a él (con la fiola aún en la mano).

- ¡Ten cuidado, eso es peligroso!

- ¿La magia?

-No Jean, esa fió...

-Shhh, silencio ¿acaso no vez que te estoy explicando algo sumamente trascendental? -Sin importar la seguridad del rostro de su amigo continuó hablando de forma confidente con él. -veras, entre todo lo que estuve leyendo descubrí como hacer un hechizo de amor, bueno, en realidad es algo así como un vapor. Cuando ella lo inhale quedará encantada por mí.

- ¡Hay no!.... -Marco tenía un mal presentimiento sobre el plan de Jean.

-Trabajé toda la semana en recolectar los materiales y lo tengo casi todo listo. Ahora espera y veras. -Diciendo esto Jean se levantó de su asiento y camino hacia donde estaba otro compañero de clase.

- ¡Dame esto perdedor! -De inmediato le arrebató el matraz que tenía en la mesa.

- ¡Jean por favor, lo necesito! -Armin se levantó y fue tras él. Jean al darse cuenta se dio media vuelta y le dio un porrazo en la cabeza.

- ¿¡Que no te dije que lo necesito, tonto!? -en el acto Armin sujeto su cabeza con ambas manos quejándose por el golpe.

- ¡No tenías que golpearme!

-Pues tú te lo buscas, ¡ahora piérdete!

- ¡Oye! ¡¿Cómo te atreves a golpear a Armin?! -Eren, otro compañero de la clase, se levantó de su asiento junto a Armin y se fue a parar frente a él. -Ahora devuélveselo -Le ordenó al tiempo que él y Jean empezaban a provocarse mutuamente.

- ¿Quieres pelear Jeager? ¡Ven acá para que te de una paliza! - le dijo mientras reía y se paraba provocadoramente frente a él.

Jean era así, un buscapleitos sin remedio, que si bien rayaba en delincuente juvenil no se le podía catalogar como un sujeto peligroso, sino más bien como un cretino, bravucón y antisocial.

-Ya para Eren, no hace falta que peleen, acá tengo otro matraz. Además aún tenemos que terminar la prueba. -Eren, aunque no contento tuvo que admitir que Armin tenía razón, sus notas en química no iban del todo bien, por lo que era mejor terminar esa prueba pronto.

-Está bien-bufó Eren y regreso al lado de Armin para terminar con su trabajo. Jean por su parte volvió a la mesa junto a Marco.

-Jean eso no era necesario, yo tenía otro matraz.

Hermosa OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora