Blue fire (Dabi x Oc)

Capítulo 3: Cita.

Primer día de clases finalizado.

En las pruebas físicas que habían hecho en su primer día se vieron la mayoría de los Kosei de los alumnos aunque había algunos que no lo mostraron.

Unos fueron mejores, otros peores; lo común que todos tenían era que querían ser héroes, pero no normales, el número uno. Como All Might.

Alia no tenía la mejor condición física, tampoco tenía el Kosei más poderoso; no era alguien destacable.

Su mejor amigo, en cambio, tenía una muy buena condición física, un Kosei destructivo bastante poderoso; alguien destacable y explosivo, como su Quirk.

¿Cómo podría derrotar a Katsuki así?

Fácil; mejorando su condición física y esforzándose más que nadie.

Si quería ser la mejor, debía de sufrir.

Debía de esforzarse, aprender de cada derrota y nunca dejarse vencer; pelear hasta el final.

-¡Oxigenada de mierda! -Gritó Alia. Vivían cerca y siempre se iban caminando juntos.

-¿Eeh? Ah, eres tú, mierda tintada. -Le pegué levemente en su hombro. -¿Quieres morir, zorra? -Puso su típica cara y con sus manos sacaba explosiones.

-Ah no mames, Kacchan. - reí, ese apodo le molestaba y ya empezó a perseguirme como siempre.

-¡SHINEEEEEEEE!- escuché que dijo. Kacchan era muy gracioso.

Mi resistencia no era para nada buena; eso es lo que más debía entrenar.

Paré en seco cuando ya no podía parar, lo malo es que me mareé. Katsuki se percató de ello y me ayudó a pararme.

-Gracias...-musité. Cuando dejé de ver negro me disculpé por eso. -Perdón, es la anemia. -

-Ve al médico. -Dijo serio, estaba preocupado por mí, awwww

-Tranquilo, sabes que es normal. Si me sigo tomando las pastillas todo irá bien. -le sonreí, Bakacchan seguía preocupado por mí, se le notaba.

Estuvimos caminando en silencio.

Tenía anemia desde pequeña pero no era algo grave, sólo estaba más cansada, pálida y débil que los demás pero era por la insuficiencia de hierro y por mi mala alimentación.

Era normal, Bakacchan se preocupa demasiado.

Aunque sea muy rudo, grosero y maleducado es totalmente un amor de persona; se preocupa por sus amigos, los ayuda y los respeta.

¡También es muy mono cuando se sonroja!

Porque lo veo como un hermano porque o si no seguramente me gustara. Es verdad, para qué mentir.

Llegamos a la puerta de mi casa, Bakacchan se despidió de mí con su típico insulto y emprendió camino a su casa, la cual se encontraba dos calles más abajo.

Al entrar a mi casa observé a mi madre con su típico camisón verde y a mi abuela con uno negro; mi madre siempre se ponía eso para ir cómoda en casa.

Ahora mismo no trabajaba por la tarde, en cambio, dentro de poco sí.

Me gustaría decir que mi madre era una heroína, pero no. Era una simple telefonista en una empresa.

¿Lo peor de todo?

Que su salario era una mierda y su trabajo también.

Conseguíamos salir a delante gracias a que la pensión de mi abuela también ayudaba.