SAD [Joerick]

CORAZÓN NEGRO

Entonces fue así como a solo unas cuantas semanas de estar lejos de él, lejos de esos ojos verdes, lejos de sus abrazos, lejos de sus besos, lejos de nuestro hogar, lejos de nuestro amor, lo comprendí.

Estaba roto, pero no en la forma cuando se rompe un plato y lo puedes reparar por tu cuenta, esa es la mejor manera en que puedes tener un plato roto, pero esta no era así, este plato se había roto en tantos pequeños pedazos que la única forma de repararlo era llevándolo con un experto en reparar platos rotos. Erick era ese experto.

Entonces fue cuando lo supe, a miles de kilómetros de él, a literalmente el otro lado del mundo lo supe. Porque no pude evitar llamarlo durante la madurada en una noche realmente mala solo para preguntarle como estaba. Estando tan lejos de él supe que él también estaba igual o mas roto que yo.

Ambos teníamos un corazón negro, y no era el negro que normalmente le gusta a mucha gente, no, era ese negro malo que todos odian. Como cuando el cielo esta negro y sabes que algo malo va a pasar... De ese color era nuestros corazones.

Entonces comprendí todo.

¿Qué hay mas malo que una relación tan tóxica como la nuestra? Quizás nada, a excepción de una solo cosa... Estar separados.

Porque lo intente, intente mantenernos alejados porque estando juntos nos hacíamos mucho daño, pero fue en ese tiempo en el que comprendimos que nuestro universo era un caos cuando estábamos justos, pero a fin de cuentas era hermoso porque era un universo en cambio cuando estábamos lejos eramos unas simples estrellas sin chiste, destinadas a no ser nada. Y nosotros sin duda alguna queríamos ser el universo mas hermoso, desastroso, pero hermoso.

"Comencemos de nuevo" solo esas tres simples palabras bastaron para que nuestros corazones ya no fueran tan negros y comenzaran a recobrar de nuevo el color poco a poco. Porque ambos estábamos dispuestos a intentarlo de nuevo, y esta vez bien.

—Sé que hemos cometido un sin fin de errores, no solo en esta relación si no en la vida en general. Pero sé que podemos hacerlo. — dije a través de la linea telefónica.

—Lo sé, olvidemos quienes somos y comencemos de nuevo.— lo oí decir.

El cielo ya no lucia negro, si no con un lindo arcoirís donde el verde era el color que predominaba.

Entonces así comenzó de nuevo nuestro universo, nuestro horrible y desastroso universo.

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