La mañana fue testigo de cuando SuHo estaba armando todas sus maletas, el dolor en su pecho era terrible, aquel chico que estaba detrás de él, iría a Corea, pero él se iría a Australia por un maldito viaje que siempre terminó aceptando... Suspiró con pesadez, llamando a un taxi para que le llevase al aeropuerto.
Miró a su mascota, con cierta tristeza le acarició, sonriéndole levemente.– Apolo, como quisiera ser abuelo. Ya estás grandecito. –Susurró y le cargó entre sus brazos, dejándole algunos besitos. Aquello le hizo abrir los ojos en demasía, tomando su teléfono y llamando a la compañía.– Buenos días, señor Lee, no podré tomar el vuelo, he tenido un inconveniente, el cual no me ha permitido llevar dicho viaje.
– No sé preocupe, JunMyeon, es un avión pequeño, después de todo, no te tocaba. Que pase un buen día de descanso.
Colgó la llamada y un victorioso “sí” escapó de sus labios, saliendo de su casa para realizar algunas compras, entre ellas, su desayuno.– Bien, chicos, ya tenemos la sesión de fotos, lo bueno que SeHun se prestó a hacer las otras siete canciones, aunque creo que ya había dicho que estaban hechas, que sólo quería probarnos.
– Te dije que él sólo se puso en ese plan porque nunca ensayábamos. –Hablaban Tao y Kris, caminando con sus maletas, en donde detrás estaban Xiumin, Lay, Chen y LuHan platicando de cualquier tontería de Corea.
– ¿Dónde dijo Park que recogeríamos los vestuarios? –Cuestionó Xiumin, mirando fijamente al líder que iba platicando con uno de los guardias.
– Creo que dijo en la lavandería que estaba cerca de los maquillistas. Aunque es tan tonto que tengamos que ir nosotros.
– Manda a uno de los guardias o no sé, se supone que él es el que debe de encargarse de todo ésto pero ya le valimos una reverenda mierda. Ya nos sacó ganancia, ya no le importamos. –Alegó Chen, bufando un poco.
Y así fueron todo el camino, alegando y peleando por como el mal servicio de su mánager le estaba cansando. Cuando llegaron al local donde iban a maquillarse, estaba allí su mánager, haciendo llamada tras llamada para tener todo listo, mirándoles llegar.– Ya mandé a alguien por su vestuario. Llegará en unos cinco minutos. ¿Contentos? –Volteó su rostro totalmente ofendido para seguir haciendo llamadas, sentándose en una de las sillas de cuero color negro, sin mirarlos.
– Vamos, alguien le sopló.
– Obviamente fue uno de los guardias. Son más chismosos que las mujeres. –Bromeó Lay, acercándose a una de las sillas donde estaba sentado el mánager, notando como una de las maquillistas llegaba.–
– Hola, Yixing, ¿te pintarán el cabello? Ya me dijo Yeol que lo hiciese de color morado~
– Hey, yo no acepté eso.
– Deberías. Tu cabello es mi responsabilidad. Y pues, te queda feo ese color, preferible un color feo como tú a un color bonito como yo. –Alegó Chanyeol, riendo malvadamente y después dio una vuelta en la silla giratoria, siguiendo con las llamadas.
Y todo el día estuvieron metidos en ese local que olía a champú, tinte y maquillaje. Debían estar listos de una vez para el concierto. A Kris le cortaron las partes de los lados para dejarle sólo un mechón arriba, que agradecido estaba de que estuviese largo, y su cabello fue teñido de color castaño oscuro. Chen y Xiumin tan sólo les rebajaron un poco el cabello, pero nada fuera de lo normal. LuHan recibió un cambió de color, que fue a un café muy clarito, pero su peinado fue hacia atrás. Lay no estuvo conforme con su color de cabello, pero le raparon los lados y le dejaron un nido arriba, mientras que a Tao le tiñeron el cabello de rubio. Todos estaban listos, maquillados levemente. Sólo delineadores y uno que otro iluminador o sombra de ojos, pero estaban listos, por lo que ya debían ir a vestirse ya que se les haría tarde.El reloj ya marcaba las 7:55pm, el concierto comenzaría a las 8:00pm, los seis chicos estaban nerviosos, pero debían ser fuertes, sólo eran ocho canciones, no eran veinticuatro como las que les llegaron a tocar. Salieron, escuchando los gritos de lxs fans, sonriéndoles a todos y yendo cada uno a sus puestos.
– Antes que nada, tenemos dos minutos aún y los quiero aprovechar para agradecerles que están aquí, ustedes son los que nos han ido levantando, ¡somos uno! –Gritó Kris por el micrófono, escuchando como cada uno empezaba con la primera canción. Y así fue.
Durante la sexta canción, en la primera fila, se percató que estaba un cartel en letras coreanas que decía “¡sí vine!” ¿quién era? Porque su rostro no se podía ver, sacó el micrófono de su lugar para agacharse y seguir catando, tratando de distinguir su rostro, ¡era él! Terminándose la canción, extendió su mano y dejó el micrófono de lado.
– ¡Ven, sube! –Grito Kris para que Suho pudiese escucharle. El castaño le sonrió, tomando de su mano para subirse y ver lo lleno que estaba el auditorio. Kris tomó nuevamente el micrófono, sonriendo ante todos.– Él fue un chico que durante tan sólo una semana se ganó mi corazón, ¿saben? Tenía tanto que no me enamoraba, pero él logró hacerlo. ¿Lo miran? ¡Yo soy chino y él coreano! Pero después de todo, nos encontramos. Me dijo que iría a Australia y no lo hizo, SuHo, la siguiente canción fue dedicada a ti, escrita por mí para ti. –El más alto de ambos depositó un suave beso en la mejilla ajena y empezó a cantar siguiendo la tonada de los demás chicos.
Terminó el concierto y ese par de enamorados se fueron a una cafetería. Kris seguía sin creerlo. Aquel chico se veía hermoso, llevaba puesto una camiseta negra y encima un suéter adidas, un pantalón negro rasgado y unos tenis adidas color blanco. Le sonreía igual que como él lo hacía.
– Logré venir a duras penas. Tuve que cancelar el vuelo pero resulta que el vuelo no era para mí y me dieron el día libre. Conseguir un boleto de tal puesto me costó mucho, eh. Sólo quedaban tres y tuve que irme a formar, pelearme casi por él. Pero después de todo valió la pena, ¿no? –Una sonrisa se dibujó en los labios de Kris al escucharle, tomó las delgadas y blancas manos de SuHo y besó de ellas.– Hace unos días me sentí celoso... Publicaron en una revista de chismes que estabas con una chica, y pues, pensé que te gustaban las niñas, pero Chennie me dijo que eras totalmente homosexual, me alegré tanto.
Escucharle hablar le relajaba tanto. La pesadez del concierto se le había ido gracias a la dulce voz del menor, sin dudarlo un poco, recostó su rostro en una de las manos del chico, mirándole.– Pensé que no vendrías. Chen me dijo que estrías ocupado y no podrías venir, estaba emocionado al principio porque podría verte, pero después de que me enviaste ese mensaje me sentí mal. Alcancé a leer el cartel pero no sabía quién lo escribió, me dije a mí mismo “si es una fan, la subirás al escenario”, pero eras tú.
– No era tan fan de tu banda, no me gusta el rock ni nada de eso, pero sólo me gustabas tú. Por eso me hice fan en tan sólo una semana, o sea, no tan fan, sino empecé a escucharlos y me gustó la música. Las letras son lindas, el coreano no pueden cantarlo bien, ¿cierto? –Rió suavemente por su propio comentario, acercándose al mayor de ambos para besar levemente sus labios.– Y no me arrepiento de haber conocido tal banda~.