DELICACY PSYCHOPATH©

Dai Okuma

Desde pequeño, mi sueño siempre fue servir a la justicia, hacer que los criminales paguen por sus actos y no vuelvan a hacerlo de nuevo. Cuando veía vídeos de persecuciones o arrestos en televisión, deseaba algún día poder hacer lo mismo, ser condecorado y servir a la sociedad. Fue difícil de conseguir, debido al largo camino, pero aquí estoy, haciendo lo que siempre quise. Mi nombre es Dai Okuma, y soy un verdadero agente, responsable del proceso de indagación y captura de los asesinos más peligrosos del mundo, segundo Jefe del Departamento de Logística e Inteligencia de Investigaciones Criminales. Años anteriores estuve en Italia. Esta vez, me encuentro en mi ciudad de origen, Tokio, trabajando en el caso de Delicacy Woman.
Todo apunta a que una mujer es la responsable, ya que todas las víctimas, sin excepción, son hombres jóvenes, a quienes se les extirpa el corazón, y se deja una marca en la mano izquierda, hasta ahora, no se sabe realmente que es lo que esas marcas en forma de letras significan. He visto las fotografías de cada marca, y son letras que en ningún orden se les puede dar significado. Seguramente, sólo se trata de un juego sin sentido, para hacernos perder tiempo. Aún así, no dejaré ningún cabo suelto.
En este trabajo, tengo un compañero, que debo admitir, no me agrada mucho, pero es bastante bueno en el trabajo, se llama Kayu Isane, sinceramente odio a ese mocoso, aunque nada se puede hacer. Kayu es bastante soberbio, se enaltece en cualquier oportunidad posible. Por otro lado, es muy bueno con su capacidad de deducción. A veces quiero matarlo, y más tarde revivirlo. Es un caso perdido, a pesar de ello, le he encomendado la parte de las marcas. Claro que debemos ser optimistas y esforzarse, pero no espero demasiado o un resultado concreto.
Este trabajo, me ha obligado a cambiar la manera de ver y pensar las cosas, la manera más lógica, puede ser la más improbable, es así como he deducido que Delicacy Woman, no es precisamente una mujer, sino más bien, un hombre, aunque suene extraño. He llegado a la conclusión luego de revisar cientos de historiales delictivos de mujeres de Tokio y alrrededores, ninguna de ellas coincide con el historial de Delicacy Woman, sin embargo, tampoco el de ningún hombre, ya que quien está detrás de todos sus casos, posee una manera distinta a las demás. Lo que más me intriga, es la serie de marcas en sus víctimas, es frustrante no saber que significan.
Me he estado encargando del caso "Delicacy Woman" desde hace cuatro años atrás, junto a Kayu. No obstante, obtuvimos resultados palpables hasta dos años después. En ese momento, estábamos, -y me atrevo a decir-, prácticamente comenzando. Ya que era mi primera vez al mando, inicié con lo básico, asistir a la escena del crimen, hacer análisis a posibles errores o rastos dejados. Tratamos de hacer una bitácora con los días y lugares de los sucesos, haciendo un conteo, encontrando patrones, pero no existía tal cosa, era prácticamente imposible saber cuál sería el próximo día y sitio. Cualquiera que estuviera detrás de todo eso, era una mente maestra. Más tarde, dispuse de todos los hombres a mi cargo.
Viajamos a Tsukuba, prefectura de Ibaraki, en Kantō, y más tarde a Sapporo, capital de Hokkaidō, a donde se habían trasladado los casos. Ordené a todos, que se hicieran pasar por civiles, y de esa forma, vigilar a todo el mundo -fue bastante difícil, pero éramos cientos-, debían reportarse cualquier cosa o persona extraña que vieran, de acuerdo a la previa descripción que les había dado sobre Delicacy Woman. 
Tuvieron que pasar semanas para dar con la primera pista. Kayu estaba cerca de un establecimiento de libros, un joven llegó al lugar y tomó el periódico. Inmediatamente comenzó a leer el encabezado avisando que Delicacy Woman se había trasladado a ese lugar. Kayu observaba los movimientos oculares del chico, como él ya había leído el periódico antes, sabía en qué momento exacto leía qué palabra. Al leer "Delicacy", el semblante de aquel individuo cambio drásticamente, de neutral a consternado, como si no creyera cierto lo que leía, una y otra vez. Dobló el periódico al momento de levantarse, miró a todos lados pasando saliva y se fue apresurado.
Inmediatamente, emprendimos la búsqueda detrás de aquel jóven. Contrario a lo que se creería, fue tremendamente complicado seguirle el paso. Era como si la tierra lo hubiera absorbido. Logramos ubicar la escuela a la que asistía, pero simplemente no podíamos encontrarlo, hasta ahora. Proseguimos la búsqueda. Uno de mis hombres dió con él mientras patrullaba su zona. Lo seguimos varios meses, hasta que conocimos su monótona rutina. Dos de mis aprendices se dieron a la tarea de traerlo, sin embargo, sus técnicas aún son demasiado bruscas. Finalmente, aquí está, quien posiblemente nos dé respuestas a las incógnitas sobre Delicacy Woman... ¿O Man?