Días de entrenamiento

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Tras las pruebas realizadas por el entrenador Piedra, la selección chilena quedó conformada de la siguiente manera:

Alan Bolados: Guardián del Salamanca Spellcasters. Un jugador que era bueno moviéndose de un poste a otro y al que era difícil marcarle.

Lautaro Guaiquil: Golpeador del Perquenco Pillan. De origen mapuche, se decía que donde ponía el ojo, ponía la bludger.

Juan Carlos Cabezas: Golpeador del Desterro Dominators de Brasil. Junto con Demetrio, fue el único jugador del proceso anterior que logró mantenerse en el equipo. Fue designado como el nuevo capitán tras la salida de Eugenio Cortés.

Tiare Koa: Cazadora del Rapa Nui QC. Era de la etnia rapanui, isleña de tomo y lomo. Aunque pequeña, era bastante ágil cuando montaba su escoba.

Javiera Guerra: Cazadora del Cabildo Chucaos. El tipo de jugadora aguerrida que no suelta la quaffle fácilmente.

Yerko Monardes: Cazador del Castro Camahuetos. Conocido por servir muchas veces como señuelo, permitiéndoles anotar a sus compañeros. Sumamente impredecible en el campo de juego.

Demetrio Aparicio: Buscador del Talagante Tridents. Hábil, aunque un poco falto de reacción por momentos. Pasó el corte y se mantuvo en la selección.

Ya estaban los nombres; solo faltaba ponerlos a punto.

Un fin de semana en el que no hubo fecha del campeonato local, todos los jugadores fueron convocados por el entrenador Piedra para una sesión de entrenamiento. El lugar: la precordillera de Santiago, el mismo sitio donde se hicieron las pruebas de selección. La idea del estratega era que los elegidos comenzaran a familiarizarse y a jugar como un equipo, además de mejorar el alicaído nivel del plantel.

- Señoritas, caballeros, ya saben por qué los cité a este lugar. De entre todos los que buscaban un lugar en el equipo, ustedes han sido los elegidos. Son lo mejor de la cosecha, pero sin el debido cuidado, lo mejor de la cosecha termina pudriéndose. Recuerden, si no responden a mis expectativas, ahí gente en la reserva que espera una oportunidad. Muéstrenme que no me equivoqué, y muéstrense a sí mismos que lo del día de selección no fue mera fortuna. ¿He hablado claro?

- ¡Sí, señor! -gritaron todos al unísono.

- Excelente. El día de la selección pudieron ver una pequeña muestra de mis métodos de entrenamiento; en esta ocasión iré con todo. Veamos si pueden aguantar.

Demetrio tragó saliva. Por suerte, el sanador Gallen también estaba ahí.

- No puedo negar que tengo algo de miedo.

El buscador miró a su lado y se dio cuenta de que Tiare, una de las cazadoras, era quien hablaba. Bajita y de aspecto un tanto delicado, la chica se mostraba algo nerviosa. No obstante, Demetrio sabía que ella era habilidosa en su puesto; él la había visto y, además, por algo el entrenador la había escogido.

- No dejes que el entrenador te oiga. Trata de calmarte ahora.

Quien habló fue Juan Carlos Cabezas, golpeador y nuevo capitán del equipo. Él estaba justo al lado de la chica rapanui.

- En un partido real hay que entrar con la cabeza fría. Si pierdes la compostura, tu desempeño disminuirá y los rivales podrían aprovecharse de eso. Tenlo presente siempre.

Demetrio recordaba que el nuevo capitán siempre se había mostrado como una persona seria y respetable. No era raro verlo motivar a sus compañeros, sobre todo a los más jóvenes. Tal vez por lo mismo él era ahora el reemplazo de Eugenio en el puesto.

Esperanza y gloriaWhere stories live. Discover now