Mis pequeños problemas ~(Yaoi/Gay)~

Capítulo 1: Quédate

Jace:

Me encontraba recostado en mi cama boca abajo mientras se me hacía cada vez más imposible levantarme, no tenía ningún animó de ir al Instituto en el que estudiaba, mucho menos sabiendo que hoy será último día en el que mi mejor amigo Alex estará conmigo...

El solo pensarlo me da una tristeza pero sin más drama decidí levantarme, al tener los ojos abiertos y estar sentado en mi cama observé detenidamente mi habitación.

—Vaya que tengo que limpiarla— dije para mi mismo mientras me rascaba la nuca y miraba el desorden de ropa y zapatos que tenía en varios espacios de la habitación.

Me levanté de la cama y me dirigí hacía el baño, al entrar ni me miré al el espejo no quería asustarme y así que mire hacía el lavado donde encima tenía un pequeño vaso con un cepillo verde, tome el cepillo poniéndole un poco de pasta dental y comence a cepillar mis dientes, sin más dramas mire hacía el espejo y me mire fijamente sin hacer movimiento alguno. No me miraba tan mal a pesar de que casi no dormí, mientras me miraba al espejo observé mi rostro, mi cabello esta algo largo sin embargo me lo peino de lado y es de un color negro oscuro, mis cejas no muy eran gruesas pero si del mismo color de mi cabello, mis ojos se miraban muy oscuros, hasta podría decir que eran casi totalmente negros casi no podía distinguir la iris de mi ojos, mi nariz era algo afilada pero un poco redonda en la punta, mis labios eran bastante carnosos y mis facciones estaban muy bien marcadas a pesar que en este momento me encontraba con algunas pequeñas ojeras bajo mis ojos me gustaba mi rostro no podía decir que no, esta muy bien no podría quejarme.

De lo que si podía quejarme era del resto mi cuerpo, no soy alto ni muy bajito así que eso no me molesta, por otra parte soy bastante esbelto sin músculo notable alguno aunque se podría decir que tengo un buen abdomen no muy trabajado pero es un comienzo eso digo yo, mis brazos son como unos fideos y mis piernas por igual supongo que es algo que me disgusta demasiado...

Mientras volvía a la realidad cuando me quejaba de mi mismo recorde que tenía que ir con mi madre, así que me terminé de cepillar los dientes y caminé hacía la puerta aún con mi ropa de dormir, al abrir está me dirigí a las escaleras por el pasillo, baje las escaleras y me dirigí a la cocina al no ver señales de mi madre.

Al entrar a la cocina la miré mientras estaba tarareando y cocinando sin mirarme aún, fui hacía uno de los bancos que se encontraban frente a una barra-comedor, tratando de no hacer ningún ruido, me sente.

-—Buenos días, hijo— di un pequeño respingo al escucharla hablar mientras que me llevaba una mano al corazón haciendo que me mirará con una ceja arqueada.

—B-uenos d-días, M-madr-e— dije aún asustado haciéndola soltar una seca risa burlona mientras la miraba con los ojos entre cerrados para que no se riera.

—¿No vas a ir al Instituto?— pregunto con voz calmada arqueando una ceja, lo cual me hizo dudar no se porque.

—Si, madre solo quería decirte que hoy después del Instituto ire con Alex a su casa para después despedirlo en el aeropuerto— dije con algo de tristeza mientras miraba a mi madre como me observaba sin ninguna expresión—, no se si quieras acompañarnos en el aeropuerto...— dije supirando pesadamente al ver la expresión de tristeza que tenía la mujer frente a mi levanto las cejas y se acercó a darme un calido abrazó.

Puede decirse que soy sensible y lo se, simplemente no me gusta mostrarlo y prefiero guardarme algunas cosas para mi solo, ni siquiera me gusta mostrar signos débiles como llorar o estar triste, así que siempre trato mostrar una sonrisa ante cualquier problema con el que éste lidiando.

Pero yo mismo sabía que con este problema no tardaría en llorar si alguien me mostraba cariño y entendimiento hacía esto...

—M-mam-á e-estoy bie-en— dije mientras trataba de alejarme de mi madre, ya que está me agarraba cada vez más fuerte. Sentí un nudo en mi garganta al ver que mis ojos se llenaban de lágrimas y supe que no era bueno guardarme todo este sentimiento que me apretaba el corazón, así que deje caer mis hombros y me rendí y le correspondí el abrazó escondiendo mi cabeza un su cuello.