capítulo 1.

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7:30 de la mañana cuando mi madre vino a tocar la puerta de mi cuarto, hoy parecía estar muy feliz pero no le di demasiada importancia, solo me fui a dar un baño ya que me tenía que irme a la preparatoria. Al terminar solo me vestí, tome mis cosas y abrí la puerta de la casa.

— ¿No piensas desayunar? — pregunto mi madre detrás de mi.

— No tengo hambre.

— Pero hijo, te ves tan pálido. Es me...

— Me tengo que ir, adiós — cerré la puerta y tome mi bicicleta.

Estaba un poco cansado, desde la semana pasada no he podido dormir, me duermo tarde, despierto y no quiero comer nada, nunca salgo. Mi única amiga es Carolina, por alguna razón nadie me habla, no los culpo, yo tampoco soy social y no me gustaría ser lo. Me gusta el silencio, no tolero el ruido ya que algunas veces me desespera.

Al llegar a la puerta de la preparatoria veo a Carolina, ella se acerca a mi con una sonrisa, me encanta cuando sonríe y más cuando es por mi.

— Hola torpe, ¿qué tan mal estuvo tu mañana? — reí un poco y baje de mi bicicleta.

— Bueno, pues mamá hoy estuvo extrañamente feliz, y pues ya sabes que hay de papá — suspire.

— Hey, no te preocupes, sabes que siempre... — la interrumpí.

— Sí, es culpa del trabajo, no lo creo pero da igual.

— Cambiando de tema, hay que ir a clases, vamos.

Al llegar al salón me fui a mi lugar, por suerte el profesor no había llegado. Pero cuando llego detrás de él estaba un chico, de cabello negro con unos pequeños rizos  caídos y piel blanca, el profesor le pidió que se presentara y el chico solo dio un suspiro.

— Hola, mi nombre es Max, mi familia y yo nos acabamos de mudar por problemas en mi otra ciudad, fin.

— Ah... de acuerdo, puedes sentarte donde quieras —  el chico solo sonrió y se sentó dos lugares frente a mi.

Por alguna razón no podía dejar de verlo, Carolina me lanzó una bola de papel a la cabeza y la mire, comenzamos a hablar en susurros.

— ¿Qué te pasa? — alce una ceja.

— ¿A mi? No paras de ver al chico nuevo, es raro.

— Hablamos luego, tonta — ella solo rió y yo volví a mirar al chico.

Al tocar la campana para ir a comer tome mis libros y Carolina toco mi hombro.

— No quiero que me preguntes acerca del chico, ¿de acuerdo?

— Esta bien raro, vayamos a comer — sonreí.

Nos sentamos en una pequeña mesa redonda color azul, yo no tenia hambre, así que no compre ni traje nada, ya es normal que haga es así que Caro no me dice nada. Carolina me dijo que iría al baño, así que me quede solo, hasta que llego Isaac y sus amigos a fastidiarme. No lo hacen seguido y es raro cuando lo hacen así que no estoy del todo acostumbrado a recibir golpes de un par de idiotas como ellos.

— Hola torpe, ¿dónde esta tu niñera? — comenzó a reír.

— No necesito una niñera, por favor no molestes.

— Oh, el nene dijo por favor — volvió a reír — Sabes que nunca funciona tonto.

Solo lo ignore y seguí viendo a la nada, Isaac se sentó a mi lado y me empezó a dar pequeños empujones con su brazo hasta que me tiro al suelo. No me pare y nuevamente lo ignore, hasta que comenzaron a patearme, solo me quede ahí sin moverme mientras partes de mi cuerpo sangraban por los golpes, unas cuantas y pequeñas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Todos estaban al rededor viendo como me golpeaban y yo sufría cuando ellos lo disfrutaban, los profesores estaban en una reunión así que esto hubiera tardado en parar si no hubiera llegado Max, es un tipo cliché de las películas y libros que he visto y leído, pero hizo que Isaac y sus amigos pararan de golpearme, no sé como lo hizo ya que estaba a dolorido y no podía moverme.

Carolina estaba llegando cuando me vio tirado, corrió hacia mi e intento levantarme pero no podía. Todos se fueron y yo estaba aún en el suelo, Max se acerco y decidió llevarme a casa junto a Carolina. Al llegar ambos tomaron mi cuerpo lastimado y me recostaron en el sillón de mi casa, mi madre no estaba. Me desmayé.

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