Hermanos, ¿Quién los entiende?

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Nat

¡Ha sido un día estupendo! No sólo me ha ido bien con las propinas, sino... que finalmente me ha sido posible comprar el nuevo libro GL que tanto he esperado. ¡Estoy tan emocionada y a la vez me siento ansiosa por leerlo!

Aunque... por desgracia, me he quedado pobre. ¡Ya no tengo ni un centavo en mi cuenta pero en definitiva ha valido la pena!

Llegué a casa aproximadamente a las 4 de la tarde. En el comedor pude encontrar a Mamá, al parecer estaba tratando de leer y hacer un par de cuentas, lo cual me resultó un tanto improbable de llevar a cabo ya que el pobre cabezeaba de vez en vez y le daba tragos largos a su taza de café.

Entonces pensé que una pequeña broma podría subirle los ánimos.

-¡HECTOR! ¡HECTOR! ¡HECTOR!- comencé a gritar con una sombra de locura en mi voz.

Ese chiste, ¡como me encanta! Luego de ver Troya por primera vez no logré resistirme a leer La Ileada.

-¡Y dale con lo mismo, pequeño engendro!- creo que no le agradó mucho dicha ocurrencia-. Esa broma ya me tiene hasta la... MEJOR NO DIGO NADA. No diré na-da.

Oh. Oh. Esto es malo. Esto es muy malo.

Mamá es inaguantable cuando se enfada.

Tocó su frente frustrado, se levantó para llevar la taza al lavaplatos.

Verlo sumamente tranquilo fue ATERRADOR.

-Te encargarás de Noah de ahora en adelante- declaró con una sonrisa que muchos identificarán como de psicópata.

-Espera, ¿qué? ¡Pero Mamá!

Todo... MENOS ESO.

-Te JODES. Estoy cansado- se marchó a su habitación, sin siquiera mirar atrás, a mí, su segunda y adorada hija atascada en un profundo sufrimiento.

-¡Sólo fue una pequeña broma! Agh...

Avancé hacia el pasillo, a mitad de las escaleras pude vislumbrar a mi "adorado hermano", él usaba una capa larga y roja, a excepción de esta prenda se hallaba totalmente desnudo, sosteniendo una espada de madera y apuntando hacia el horizonte.

-¡Aquiles blandira su espada para alcanzar la victoria!- infló el pecho e hizo una voz más ronca y madura-  ¡Briseida, mi amor! ¡Briseida!

No. En definitiva NO.

-¡QUE AQUÍLES ES DE PATROCLO MALDITO ESTÚPIDO!

En tanto yo me empeñaba en alcanzar al pequeño monstruo, éramos observados por las gemelas, quiénes aparecen casi siempre al estilo de las gemelas de El Resplandor, uh, ¡que miedo!

-¿Los conoces, Nara?- dijo una.

-Para nada, Nelly.

...
Alpha*Beta*Omega
...

Niko

Terminando el turno, me dispuse a llevar el auto a la empresa, Rosa me miraba de cierto modo... un tanto expectante. Le entregué las llaves y dejé el uniforme en los casilleros. Ella se ofreció a acompañarme hasta la entrada, por supuesto, todo el recorrido fue malditamente incómodo.

De pronto, sentí un leve estremecimiento -no de los que son agradables, cabe resaltar-, unos largos dedos se enredaron entre mi cabello, acariciándome como si me tratara de un perro. Aparté su mano con un cero por ciento de delicadeza, mordí mis labios ligeramente ante su expresión de sorpresa.

-Vamos a ver si logras sobrevivir toda la semana, novato- mencionó esbozando una sonrisa ladina.

-Te importaría no invadir mi espacio personal, si no es mucho pedir.

-Cómo quieras.

Me marché dispuesta a ir al departamento de Aster, probablemente necesite un apapacho...

...
Alpha*Beta*Omega
...

Recibi la regañiza de mi vida...

Aster me reprendió por no haber aclarado mi género desde el inicio. Me llamó mentirosa, entre otras tantas cosas que no vale la pena mencionar aquí mismo.

De algún modo logré convencerlo de que me ayudara a disimular mi "escasa" feminidad: me enseñó a colocarme una venda para esconder mis pechos y me colocó un pequeño bulto en la entrepierna  (lo cual fue sumamente vergonzoso, tengo que admitir). En cuanto a mi actitud, dijo que no necesitaba ocultar nada... Repasé en mi cabeza como un centenar de veces "ENTRA AL BAÑO DE HOMBRES, NIKO, NO AL DE MUJERES".

Hecho esto regresé a casa para toparme con una batalla campal.

Natalia cuidando a los niños es una completa inútil.

-¡Santa Mierda, Escarabajos! ¿Qué es lo que ocurre aquí?

-¡Niko-Niko!- exclamó entre lágrimas mi pequeña hermana colgándose de uno de mis brazos- ¡Mamá estaba de mal humor hace un rato y por una pequeña broma me encargó que cuidara a los monstruos!

Suspiré de cansancio.

Natalia al parecer había estado persiguiendo a Noah con tal de vestirlo, solamente llevaba los calzoncillos puestos, corría alrededor de ambas por lo que no me vi con otra opción más que tirar de dicha prenda e impulsarlo hacia arriba, ignorando sus berridos lo apoye en mi hombro, cual costal de papas.

Llegamos hasta la sala, ahí visualizamos a las gemelas, quienes estaban muy concentradas en teclear en sus respectivos celulares. Se los arrebate a ambas, por supuesto, valiéndome madres sus expresiones de desconcierto.

-A la cama, esperpentos. Mañana es día de escuela y si no obedecen en menos de tres segundos subiré las fotos de cuando eran bebés a las redes sociales.

-No te atreverías- mocosa, ¿me estás retando? ¿Nara? ¿Nelly? ¿Quién seas?

-¿Ah, no? Uno... Dos...- Ni siquiera había llegado al Tres y ambas ya se habían esfumado por completo, se escucharon sus pasos presurosos subiendo las escaleras.

Terminé de vestir a mi pequeño hermano con ayuda de Natalia, entonces lo llevamos a la cocina para darle de beber leche tibia, Noah no tardó mucho en comenzar a bostezar y a tambalearse.

-Las bestias también necesitan descansar.

El Latido Y El Engaño [Omegaverse Yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora