-¡Mauren! ¡Para! Me estoy congelando, debemos volver, que otro se ocupe de esta zona.- Javert ponía a prueba la paciencia de la mujer cada vez que hablaba.
-No voy a abandonar el caso, tú vuélvete si quieres.- contestó, pasos más alejada que él. La nieve espesa se colaba por sus botas y ya no sentía sus dedos, estaba segura de que probablemente sus labios se hayan tornado de un color azul y su cabello puntas con hielo.
Y aun así no quería parar, era testaruda.
-No tiene sentido, con la tormenta de anoche ya deben estar todos muertos, de hipotermia o por el asesino, de todos modos ya no hay nada que podamos hacer.- vuelve a protestar.- Si no volvemos ahora nos podemos perder y...
Como si el viento helado también quisiera que se callase sopló con intensidad helándolos hasta los huesos a ambos. Estaba por suceder una pequeña tormenta, pero ellos aún no lo sabían, pues el hielo había decidido hacerlos jugar un poco en discreción.
-Cierra la boca y guarda el calor, vamos a encontrar a la joven y a su padre con vida.- sentenció Mauren, que era lo que en verdad deseaba, encontrar a las personas vivas.
Y siguieron caminando, hundiendo sus pies en la acolchonada nieve engañosa.
Un par de crujidos fueron lo que los alertaron, la nieve ya no era un colchón bajo sus pies, la mujer volteó a ver a su compañero que estaba estático y parecía haber palidecido.
-No te muevas.-dijo en susurros, como si levantar la voz rompiera el hielo que se había formado sobre un pozo. Sin embargo, no hizo lo que le dijo e intentó caminar hacia atrás, con el hielo en su contra, resbaló y cayó rompiendo la fina capa que había hecho de suelo.
Lo último que vio de su compañero fue su expresión de terror antes de desaparecer como si fuese tragado por la nieve. Escuchó su grito y el golpe que provocó su cuerpo antes de dar contra lo que parecía el suelo por fin.
-¡Mauren! -gritó desde lo profundo y gimió de dolor.-Mi pierna, ve por resto.
Una vez que le aseguró que conseguiría ayuda se alejó caminando despacio de allí pues, no quería sufrir la misma suerte. Sin embargo no se fue a por sus compañeros, ni cambio de rumbo la dirección. Ella quería terminar el caso, y su remordimiento estaba tan frio como el aire de allí, así que continuó, dejado a merced del hielo a su compañero.
Ni siquiera pensó en si sobreviviría unas cuantas horas cuando se alejó, la calma y el silbido del viento en la copa de los arboles era lo único diferente, quizás debió haber venido sola desde el principio.
Caminó con sus músculos doloridos tanto como pudo. Empezaba a pensar en que Javert tenía razón por primera vez y estaban muertos, muertos y hechos paletas humanas, quizás debería retomar la investigación cuando fuera verano los cuerpos sean más fáciles de encontrar...
Con ese pensamiento en mente, Mauren estaba a punto de ignorar el movimiento lento que se producía a lo lejos. Una silueta se movía a punto del desfallecer, era ella, era la joven que estaban buscando.
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Hielo Rojo
NouvellesEl día que la inexperta Mauren recibe el caso más importante de su vida no imaginó que sería provocado por el día en que Melanie y su madre fueron arrastradas a una cabaña en un intento de reconciliación por parte de su padre y esposo. Tampoco imag...