Clases de besos

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  —necesito que por favor me enseñes a besar y a seducir. Se que tienes mucha experiencia en ello y hoy tendré una cita en la noche, y a esa persona le gusta... En pocas palabras, le gusta comerse el postre antes de la cena, no se si me entiendes, y necesitó aprender a hacer eso, si no quiero quedar como un inexperto. Crees que podrías ayudarme —le explicó siendo completamente directo y con un profundo sonrojo bañando sus pálidas mejillas. 

Tony sintió su corazón detenerse por un instante, antes de sentir como este dolía y se hacia pedazos poco a poco. Steve... Steve tenia una cita, y por sus palabras, no seria lo único que tendría esta noche. Empezó a sentirse mareado y luchó con todas sus fuerzas contra aquel nudo que empezaba a formarse en su garganta.

  —con que... encontraste una guapa chica a la cual entregarle tu primera vez ¡eh, Cap!— comento con fingido sarcasmo y una vez pudo encontrar su voz. Jamas lo diría en voz alta, pero quemaba como el infierno pronunciar esto, más por que él deseaba ser esa persona con la que Steve compartiera sus noches, sus días... y todo lo demás. —esta bien, todo sea por un amigo, no... para eso estamos— dijo en el mismo tono, pero sintiendo que se le quebraba la voz por lo doloroso que era decir estas crueles palabras.

  —estas bien Tony, si no quieres, puedes dejar así y yo buscare a Natasha para pedirle el favor de que me ayude. No te sientas obligado, entiendo que esto debe ser incomodo para ti y no...— dijo, con simpleza y tranquilidad, notando algo que interpreto como duda en su voz, y siendo de inmediato cortado por el castaño, a quien esa idea no le gustaba para nada. Si iba a renunciar definitivamente a Steve, por lo menos tendría la oportunidad de probar aquello que nunca podría tener y sobre todo, no permitiría que buscara a otro para realizar aquella tarea.

—no tengo ningún problema, Capipaleta, soy bisexual. Lo que verdaderamente me sorprende es el hecho de que seas precisamente tu quien me pida esto a mi... eres, no se... anticuado— comento con fingida tranquilidad, mientras trataba de calmar su adolorido y roto corazón.

—no soy tan anticuado como crees, Tony. Te sorprenderías bastante de lo liberal que puedo llegar a ser, pero, ese no es el punto. Tienes algún problema si comenzamos ahora. tengo planeado que sea a las cinco o seis y esto puede llevarnos algo de tiempo— pregunto, con un tinte algo raro en su voz, así como en su mirada.

—esta bien, lo haremos en mi habitación, pero, adelantate un poco. Hay algo que tengo que hacer antes de que comencemos con tus "clases"— le dijo, dando media vuelta y caminando en dirección a su taller.  

*****

Al llegar a su taller, Tony caminó a paso apresurado hasta su despensa de licor, y sacó la botella del Whisky mas caro que tenia, para destaparla y beber su contenido de golpe, antes de tirarla con furia contra una de las paredes, y dejarse caer, completamente derrotado.

Porque demonios cuando se decidía a avanzar con Steve, alguien aparecía para quitárselo. Era tan frustrante y doloroso. Quería tirarse a llorar, como cuando era un niño, pero no podía, era un hombre de mas de cuarenta y debía aprender a encajar el rechazo, así estuviera seguro que Steve era el amor de su vida. Solo esperaba que la persona de la cual el rubio había quedado prendado, supiera estar a la altura, porque, de no ser así, el mismo se encargaría de alejarla para siempre de Steve, porque él se merecía solo lo mejor.

*****

 —perdón por hacerte esperar, Rogers— fue lo primero que dijo, al ingresar a la habitación, encontrando al rubio de pie al lado de su cama. —por favor, siéntate, no podemos hacer esto de pie, no quiero tener que ponerme de puntitas para alcanzarte— le dijo con su habitual tono socarrón, fingiendo, por supuesto, mientras avanzaba y se sentaba a un lado de la cama.

El rubio, sin decir nada, avanzó lo poco que le faltaba y se sentó a un lado del castaño, removiendo sus manos, un poco incomodo, pero preparado para afrontar lo que venia. 

 —bien, muéstrame lo que sabes hacer—   le pidió Tony, pasado un tiempo de incomodo silencio.

El rubio, un poco indeciso, se acerco lentamente al rostro del castaño, e hizo una pausa para tragar saliva, antes de terminar la distancia, cerrar los ojos y posar sus labios sobre los del castaño por un corto lapso de tiempo, antes de separarse y mirar a otra dirección, con un delator rubor sobre sus mejillas.

  —¡vas de broma, Rogers! eso el beso mas corto y frió que me han dado en la vida, de hecho, ni siquiera fue un beso, fue un pico— exclamo, fingiendo indignación y burla, pero deleitándose con lo inocente de esta acción para sus adentros. 

  —pues, es lo mejor que puedo hacer, si no fuese así, no habría pedido ayuda— contesto con seriedad y un tinte de molestia.   

  —esta bien, te daré un ejemplo de como hacerlo y te lo explicare paso a paso para que puedas hacerlo de forma adecuada, esta bien—   le dijo, rindiéndose, y moviéndose un poco mas cerca del rubio. —primero, debes mirar fijamente a la persona a la que vas a besar, tienes que hacerle saber con la mirada cuales son tus intenciones—  dijo con seriedad, mirándolo intensamente y transmitiéndole en su mirada un poco de sus sentimientos, sin que el rubio fuese consciente —segundo, puedes elegir como atraerla hacia ti, yo, por ejemplo, disfrutó de tomar a mis conquistas por la cintura, si tengo suerte, puede coincidir con un punto sensible. También puedes posar tus manos en sus mejillas, puedes abrazarla por los hombros, puedes tomarla de la nuca, o de la mano, en fin, hay muchas formas de hacerlo— le explico, llevando sus grandes y cálidas manos a la cintura del rubio y tomándolo con un poco de fuerza, sacandole un jadeo de sorpresa, que le sonó como un cántico celestial y le calentó como nada en el mundo había podido hacerlo. —...y luego te acercas y la besas, pero bien, no un solo roce y ya, puedes dejar los juegos para después si lo prefieres, pero si tu intención es besarla y lo haces como lo hiciste la primera vez, seguro te dejara botado— le dijo una vez recordó como hablar, ocultando su agitación, pero la excitación se hacia evidente en sus pupilas y en sus pantalones, que empezaban a incomodarle. Se maldijo interiormente, él no era un jodido puberto, era un hombre maduro, pero se ponía duro como colegial solo por un beso. Aunque con un espécimen como el que tenia enfrente, era totalmente imposible no hacerlo. 

El castaño, lentamente salvo la distancia y unió sus labios con los del rubio en un roce suave y delicado a la par que cerraba los ojos y empezaba a mover sus labios, y a juguetear con los labios del mayor, tomándolos entre los suyos y soltándolos, sacandole suspiros al rubio, que intentaba seguirle el ritmo. Divertido con la aparente inexperiencia del rubio, mordió su labio inferior, a la espera de que este le cediese el acceso a su boca o que se apartase, pero el rubio le sonrio entre el beso y  hábilmente, llevo sus manos hasta las mejillas del castaño, atrayendolo hacia si y profundizando mas el contacto, tomándolo por sorpresa, y causando que este, debido a la impresión, se separe rápidamente, terminando la acción y ganándose un gesto herido de parte del rubio, que ahora que reparaba en su estado, notaba que estaba sonrojado y con las pupilas veladas de deseo.

  —lo hice mal, Tony— le pregunto con un tono que identifico como desilusión y tristeza, mirándole fijamente.

  —no, no lo hiciste mal, y ese es el jodido problema. Si sabias hacerlo, porque me pediste ayuda. Y no me digas que no lo sabes hacer, porque la reacción normal de un inexperto hubiese sido separarse, no hacer lo que tu hiciste. Explícame el  porque, Steve... y quiero la verdad...

 


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