El Inicio De Una Gran Amistad

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Después de haber pasado la noche con Armie me sentí mucho mejor. Habíamos hablado sin parar hasta las 06:00am, él tenía una casa grande y acogedora.

Habíamos platicado sobre mi suicidio y le prometí que no lo iba a intentar nunca más; él tenía un carácter similar al de mi hermana.

Me habló sobre un chico que hace aproximadamente 2 años se suicidó, Armie podría haberlo impedido pero no hizo nada porque estaba muy asustado e indeciso, después de todo tenía solo 14 años.

Él tenía muchos proyectos para su futuro, quería ser actor, cantante, pintor. Yo dudaba mucho porque entrar en ese mundo es difícil, pero busqué de ser optimista.

El día siguiente volví a mi casa ya que no estudio, me expulsaron hace 1 año pero a mis padres no les importaba, tenían cosas más importantes que hacer como fumar y tomar.

Pasé toda la mañana durmiendo, estaba muy cansado porque no había dormido esa noche. No sé cómo Armie fue capaz de coger su mochila e ir para el colegio.

Cuando me desperté tenía 5 llamadas perdidas, todas de "Martillo", sí, lo habia guardado con ese nombre.

Decidí llamarlo, tal vez era algo importante. *ring, ring*

—Holaaa, cómo estás? Te llamé 5 veces pero no respondiste. Algo malo pasó? —me preguntó.

—No, tranquilo. Es solo que me quedé dormido y me acabo de despertar, perdón. Pasa algo? —le dije soñoliento.

—Estoy a 5 minutos de tu casa. Podemos pasar la tarde juntos? —le escuché decir exhausto, como si hubiera participado a una maratón.

—C-claro—dije un poco nervioso—pero no sé si te gustará mi casa, no es como la tuya. —

—Que me importa? Estoy viniendo para estar contigo, no con tu casa. Por cierto, ya llegué... creo. Es una de 2 pisos de color blanco? —

—Si, ahora bajo, dame un segundo. —dicho eso colgué y bajé corriendo. Ese chico era especial, algo en mí se estaba prendiendo poco a poco.

—Hola! Que tal? Entra, sube al segundo piso, ahí está mi habitación —dije con una sonrisa.

—Como tú digas capitán —y se fue corriendo.

—Espérame, ni sabes donde está —grité, para que me escuchara.

Pasamos toda la tarde jugando en el PC que había comprado con el poco dinero que tenía.

Después fuimos a cenar afuera ya que en casa no teníamos nada para comer y mis padres no habían vuelto todavía, raramente los veía.

—Ya es un poco tarde, no crees? Deberías volver a casa —le dije mientras comía mi hamburguesa.

—Si... pero hay un pequeño-grande problema —dijo un poco nervioso—no me queda dinero para el bus de regreso... —

—Me estás diciendo que en vez de guardar dinero para el bus preferiste comprarte 3 hamburguesas? —le pregunté

—Sí pero no te preocupes, ya sé donde voy a dormir: en tu casa —dijo Armie sonriendo.

—Bueno, tengo que devolverte el favor después de todo —suspiré, pero en verdad estaba feliz.

Antes de dormir vimos una película de terror que a él pareció asustarle mucho, pero a mi no.

—Bueno, ya es hora de dormir no? Aqui al lado hay una habitación para los invitados, si quieres puedes dormir allí y yo aquí o si no al contrario —le dije casi bostezando.

—Claro pero... sabes, esa película era muy real no crees? —me preguntó inseguro.

—No me lo puedo creer, tienes 16 años y te asustan ese tipo de películas? —dije riendo.

—Cállate, esta es la única película que me asustó, las demás no me asustan. Bueno, ya voy a dormir, nos vemos mañana —dijo serio y se fue a la habitación de los invitados.

"Mierda, la cagué" pensé.

Cuando me desperté me encontré con la mejor vista de mi vida: Armie que dormía cómo un ángel abrazandome.

En ese momento entendí que me había enamorado de él, de sus hermosos ojos azules, de su cabello castaño-rubio.

Necesitaba ir al baño, tenía que mojarme la cara para pensar con claridad. Busqué de moverme con cuidado para no despertarlo pero no funcionó.

—Que haces? A donde vas? Espera, por qué estoy abrazandote? —me preguntó confundido.

—No sé, deberías saberlo tú. Me desperté hace poco y estabas abrazandome en mi cama —le dije serio.

—Si... perdón. Es culpa de esa puta película, no me dejaba dormir así que decidí venir aquí —dijo avergonzado.

—Tranqui, no pasa nada. Oye, no tienes que ir al colegio? Ya es un poco tarde creo. —pregunté mientras bajaba las escaleras.

—Mierda, hablamos después. Ahora tengo que irme si no quiero llegar tarde —y se fue corriendo.

Ya empieza lo chidoooooooo.

Tercera parte dentro de poco :)

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Lof para todoooos.

El destino me odia. (Armie Hammer) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora