Tan cerca pero tan lejos a la vez

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David P.O.V.

Me acababa de despertar pero me sentía completamente cansado y me dolía todo, habíamos bebido mucho anoche.

Lo último que recordaba era que estábamos yendo al departamento de Armie y nada más, me había olvidado de todo lo que había pasado después.

Cuando bajé las escaleras me encontré con Armie, estaba desayunando. Él también estaba en la mierda como yo, pero por alguna extraña razón se veía peor, como si le hubieran dicho que había perdido el papel de protagonista o algo así.

-Que comes? Yo también quiero, estoy hambriento -dije sin ni si quiera saludar.

-Cereales con leche -me respondió, seco como el desierto del Sahara.

-Puedo? -le pregunté, después de todo es su casa y su comida.

-Sí, pero ahí están los que te gustan -y me indicó un cajón.

Honestamente yo estaba confundido, no entendía su humor en ese momento. Se comportaba raro.

-Bueno -dije, y me senté.

Estaba por terminar de desayunar cuando de repente me agarró la mano y me hizo una pregunta insólita.

-Entonces ahora que somos? -dijo Armie, mirando hacia abajo escondiendo su rostro.

-A que te refieres? Somos amigos no? -Le pregunté.

-Ah si, es que anoche... bueno, no pasa nada, es solo una estupidez mía -me respondió con una sonrisa falsa.

-Seguro? Sabes que puedes hablarme sobre cualquier cosa. No te juzgo -le dije, buscando de que por fin me contara la verdad.

-No no... tranquilo, no es importante. Ya más adelante cuando tengamos tiempo hablaremos. Ya es tarde, tengo que ir al gimnasio, nos vemos después -y se fue sin ni siquiera llevar su maletín. Definitivamente algo inusual estaba pasando.

Decidí no darle importancia y me puse a lavar los platos. Teníamos una muy buena relación, hasta parecía que vivíamos juntos ya que habían días en los que él pasaba varios días en mi casa y viceversa.

Los días pasaban y Armie no volvía, al final había decidido quedarme en su departamento para cuidar de su gato Zeus, era muy adorable y no podía dejarlo solo todo este tiempo.

Lo llamé muchas veces pero nunca respondía y estaba iniciando a preocuparme. Había llamado también a todos sus amigos excepto a Elizabeth, su mejor amiga, porque no me caía muy bien.

Se veían muy seguido y eso me ponía celoso, obviamente nunca se lo dije ya que sería raro. Ni que fuera su novio.... pero me encantaría.

Al final tuve que llamarla ya que era la única opción.

-Hola? Elizabeth Chambers? -pregunté.

-Si, tu debes de ser David verdad? Armie me ha hablado mucho sobre ti -respondió ella.

-Si soy yo, solo quería hacerte una pregunta. Has visto Armie últimamente? Hace 5 días que no vuelve a su departamento y no responde a mis llamadas -dije buscando de no sonar muy amistoso.

-Si claro, ha estado aquí todo este tiempo... no se encuentra muy bien en este momento y no sé si quiere visitas. Podrías esperar un segundo? Ahora vuelvo -dijo como si fuera su enfermera.

Pero lo peor de todo, si Armie se sentía mal por que se fue a estar con Elizabeth y no conmigo? La única razón: yo era el problema.

-Armie me acaba de decir que necesita hablar contigo, cara a cara. Puedes venir cuando quieras, ya sabes la dirección -dijo Elizabeth.

-Ok, nos vemos en 10 minutos -corté la llamada, agarré las llaves y salí corriendo hacia el paradero más cercano.

Bajé del autobús y caminé por 5 minutos, para por fin llegar a su casa. Estaba muy nervioso pero no tenía otra opción, necesitaba saber que estaba pasando.

Toc Toc.

-Quién es? -preguntó Elizabeth.
-Soy David- respondí.

Me abrió la puerta y me dejó entrar.

-Antes de que hables con él te pido que por favor lo entiendas, es muy complicado para él -me dijo ella, asustandome más de lo que ya estaba.

-Claro, no te preocupes -le dije con la sonrisa más fingida que pude hacer.

Cada escalón que subía era como una acuchillada de malos pensamientos directo en mi corazón, lo cual me hacía sentir peor.

-Puedo entrar? -pregunté.
-David? Si claro, pasa -respondió él, extrañaba su profunda voz.

-Cómo has estado? Estos días estuve en tu departamento, no quería dejar a Zeus solo -dije buscando de sonar lo más normal posible.

-No te preocupes, te pagaré toda la comid- eso es lo que menos importa ahora, David -me interrumpió.

-He estado muy mal estos 5 días sin ti, pero necesito una pausa... de ti -dijo él, rompiendo mi corazón en mil pedazos.

-Qué? Por qué una pausa? Hice algo malo? Podrías almenos decirme que está pasando? -le pregunté desesperado.

-No puedo decirte nada por ahora, no quiero arruinar nuestra amistad. Quise que vinieras solo para decirte que estoy bien y que por las próximas semanas estaré aquí, así que no te preocupes —dijo serio.

Mis ojos cada vez se hacían más húmedos y no pude resistir más, me puse a llorar enfrente de él.

-Por favor, no llores. Solo son pocas semanas, puedes resistir sin mi, no? - me abrazó. El mismo abrazo que me dió hace años, cuando nos conocimos. Un abrazo lleno de sentimientos. Tenía ganas de besarlo pero este era el momento más inadecuado, él estaba mal por mi culpa y un beso solo empeoraria las cosas.

-Claro que puedo, apenas se termine esta "pausa" por favor llámame. Tengo que confesarte algo -le respondí.

Así es, le iba a confesar mi amor por él. No me importaba su respuesta, lo que quería es que lo supiera.

-Está bien. Por favor quedate en mi departamento y cuida de Zeus -dijo él.

-Está bien, nos vemos -dicho eso cerré la puerta y salí de la habitación completamente destrozado.

Capítulo sad hoy, lo sientoooo.

Mañana me gustaría publicar la quinta parte pero no sé si tendré tiempo.

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Hasta el próximo capítuloooo!!


El destino me odia. (Armie Hammer) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora