SURVIVE OR DIE - LIBRO II (TRILOGIA Z)

capítulo #9

Capítulo 9

Corrió entre lágrimas hasta mí y me rodeó con sus brazos con fuerza. Sus sollozos resonaban por todo el lugar mientras que mi cuerpo estaba congelado y mis brazos colgaban a mis lados sin poder devolverle el abrazo. Esta mujer, esta que me abrazaba ¿era realmente mi madre o solo era otro sueño? se separó de mí y me observó, trató de calmarse mientras yo la observaba con incredulidad.

-Harry: Quizás deberíamos dejarlas solas.

-Drew: Si, las esperaremos afuera-ella solo asintió sin despegar la mirada de mí, sentí a alguien dar un apretón en mi brazo y miré por el rabillo del ojo a Cam, suspire cuando todos dejaron la habitación dejándonos solas.

-Clara: No puedo creer que la señora Trish esté viva, es, no lose-se sentaron todos en la sala principal tomando algunos sillones y otros en el suelo.

-Drew: ¿La conoces?-le preguntó extrañado.

-Clara: Desde que era un bebe, nuestras familias eran muy unidas, era como mi segunda madre-sonrió triste-pero, ¿cómo es que...?

-Drew: Pronto lo sabrán por su amiga o la misma señora key les diga.

-Harry: ¿Entonces la madre de Alexa es la líder de aquí?

-Drew: Algo así, es nuestra presidenta para un nuevo mundo, el que pronto llegará y ella dirigirá como hasta ahora-dijo seguro y con una sonrisa en su rostro.

-Cam: Entonces ya sabemos que su liderazgo lo lleva en las venas-dijo con una sonrisa divertida.

-Drew: Si, lo noté, ella es su líder, ¿no?

-Cam: Lo es.

-Trish: Mi amor- acarició mi rostro-di algo por favor-lagrimas seguían frotando de sus ojos y una sonrisa extraña en su rostro, de tristeza, confusión, de alegría.

-Alexa: ¿Cómo es que estas viva?-¿La pregunta clave? no lose, pero fue lo único que atinó a salir, me llevó con ella hasta un gran sofá y nos sentó en el, sus manos seguían sobre las mías.

-Trish: Ese día, tú estabas en la escuela y ¿recuerdas que tu padre estaba en casa porque no tenía trabajo?-asentí, pero al contrario de ella, las lágrimas no estaban en mí, ni siquiera ojos llorosos, creo que después de todo ya no puedo hacerlo- dejé a tu padre y a tu hermana en casa mientras fui al mall por comida- bajó la mirada y luego me miró directo a los ojos-en un segundo escuché gritos de horror, recuerdo que apreté la bolsa en mi pecho y me asome por una ventana y todo lo que vi fue horroroso, gente comiéndose a otra, atacándolas mientras los demás trataban de huir, pensé en ustedes mi amor, tu escuela estaba cerca, así que como pude corrí lo más rápido que pude, no me importaba nada más. Cuando llegué no había rastro de ti, nada, intenté buscar rostros conocidos pero los que encontré, ya eran Zombies. Corrí hasta la casa con la esperanza de que hubieras ido y estuvieras con tu padre y con tu hermana, pero-un gran sollozo salió de su boca y apartó una mano para llevarla a su boca, quería tocarla, pero no podía-cuando llegué encontré la casa destrozada, tu padre apareció y se lanzó sobre mí, ya no era mi marido, ya no era tu padre, era uno de ellos. Intentó morderme pero un fuerte disparo se escuchó y el calló sobre mí, inerte-sorbió su nariz- miré arriba y un hombre con un arma se acercó y lo quitó de mí, lloré como nunca, no quería aceptar todo lo que estaba pasando, pero aquel hombre trataba de calmarme, me liberé de él y corrí hasta arriba buscando a tu hermana, lo sentí correr tras mí, llegué a tu cuarto y no había nada, entré al mío y estaba vació, entonces entré a su pequeño cuarto- pausó entre lágrimas-estaba en un rincón, acurrucada -Gracias Dios- pensé, me acerque a ella, mientras le decía que todo estaba bien, que viniera conmigo, sentí al hombre decirme que me apartará de ella, pero por dios, era mi hija, le toqué su hombro y ella me lanzó un gruñido haciéndome caer de espaldas, la miré incrédula pero ella igual que tu padre saltó sobre mí, le rogué al hombre que no le disparara, el indeciso se acercó y la apartó de mí, alejándola, me tomó del brazo y como pudo nos sacó de ahí. No sabes todas las noches que recé porque estuvieras bien, te busqué sin resultado alguno, pero aquí estas mi amor-me volvió abrazar y esta vez le correspondí, cerré los ojos y la sentí llorar aún más cuando la abrase -ahora estas aquí conmigo-me apretó aún más fuerte, y entonces recordé.