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Miro con detenimiento el número de la llave que estaba en su mano y después desvió la vista a la puerta frente a ella con el mismo número, paso una mano por su cabello despeinándolo mientras trataba de ordenar sus pensamientos y procesar lo sucedido.

—    ¿E-escuela de h-hombres? –pronuncio anonada sin poder creer lo que el director le había dicho, no sabía que hacer o que decir, su mente se encontraba en blanco mientras su cerebro trabajaba a 1000 km/h tratando de procesar la información que se le había dado-

—    Sí, y al parecer confundimos los papeles y enviamos por error una carta de aceptación a tu domicilio, pero no te preocupes te buscaremos una escuela a donde trasladarte. -comentó el director tratando de apaciguar las cosas y evitando así un escándalo mayor, lo cual evidentemente no logro-

—    ¿Acaso su personal es tan tonto como para confundir papeles? ¿Qué acaso no se dieron cuenta que soy una mujer? ¡Perdí la oportunidad de hacer examen en alguna universidad prestigiosa! -chillo exasperada mientras enterraba las uñas en sus palmas tratando de calmarse-

—    B-bueno, en realidad tú nombre es mixto, así que confundí tu genero -murmuro por lo bajo el secretario mirándola con vergüenza, por culpa de aquel hombre estaba en una escuela de varones, se aguantó las ganas de lanzarse hacia él y ahorcarlo- L-lo siento

—    Como sea, busquen la escuela para poder irme hoy mismo... -se cruzó de brazos mirando mal al secretario, odiaba actuar de esa manera pero no pensaba quedarse ahí-

—    En realidad eso tardará un tiempo, hasta que la encontremos y los trámites se realicen tendrás que estudiar aquí – y aquello la termino de matar, lo último que quería era permanecer ahí, pero dentro de ella sabía que no podía negarse a aquello, tendría que aceptar sí o sí-

—    E-está bien, dormiré sola, ¿verdad? – su voz temblorosa la delato, temía compartir su habitación con algún chico, no quería que la violaran a mitad de la noche, tan solo imaginar compartir un lugar tan íntimo y más con un hombre le produjo escalofríos-

—    Lamentablemente no, hemos aceptado a los alumnos exactos para que las habitaciones quedaran bien repartidas, pero haremos un cambio en tu habitación. Haré que compartas habitación con el presidente del consejo estudiantil, es una de las personas en las que más confió y estarás segura con el. -se tambaleó un poco mientras su piel se volvía cada vez más pálida con cada palabra que pronunciaba el director, estaba segura que en cualquier momento se desmayaría, pero por suerte solo compartiría habitación con un hombre, aunque aquello no la tranquilizaba del todo-

—    B-Bueno, solo es un hombre -murmuro más para sí misma tratando de convencerse que aquello era mejor que dormir con varios hombres en la misma habitación-

—    Ammm, en realidad son tres, cada habitación es repartida a 4 alumnos, pero... -el secretario ni si quiera había terminado de decir las cosas cuando la chica ya había caído desmayada- ....

Después de aquello la habían despertado pasando un algodón empapado en alcohol por su nariz, para no ponerle más presión y que no se volviera a desmayar le dieron la llave de su habitación, asegurándole que estaba segura y que nadie le haría nada, aunque de antemano ella sabía que aquello no se cumpliría y menos en una escuela llena únicamente de hombres. Maldijo su mala suerte insertando la llave en la cerradura y abriendo la puerta.

—    ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? -abrió la puerta completamente mientras introducía su cabeza en busca de alguna alma, suspiro aliviada cuando no vio a nadie- Estoy sola, no sé si eso es bueno o malo...

Jalo la manija de su maleta mientras entraba completamente a su habitación, la observo con detenimiento percatándose que era una especie de departamento, tenía una pequeña sala, cocina, y un segundo piso, aquello se le hizo extraño, aquella escuela debía ser para gente con dinero. Decidió que lo mejor era ir a encerrarse a la que sería su habitación para no encontrarse con sus compañeros de cuarto, camino con paso apresurado escaleras arriba y divisó 5 puertas, inspeccionó cada una percatándose que una de ellas era un baño, el cual era demasiado lujoso, no le tomó importación y tomo una de las habitaciones revisando que no hubiera alguna maleta para no tener problemas, se sentó en la cama suspirando. Ordenó sus pensamientos por un rato para poder asimilar todo su día, cuando termino decidió tomar un baño, quería relajarse así que tomó su toalla, un cambio de ropa y su pequeña bocina, disponiéndose a caminar al baño.

>Aplausos SEVENTEEN está aquí/ Está bien, está bien, hay muchas que cosas que son así. Cosas que están retorcidas como unos audífonos en el bolsillo/ Cuando tu camisa blanca se ensucia (y la otra también). Cuando tu tarjeta de transporte no tiene saldo (cuando eso pasa). Si, en esos días, antes de ir a casa, te mojas por la lluvia/ Si crees que eso solo te pasa a ti. Parpadeas, y el fin de semana ya terminó. Si crees "Solo soy yo" Ven y reúnete aquí<

Cerró el grifo mientras tarareaba la canción que exactamente describía su día, quito el exceso de agua de su cabello mientras se movía al compás de la música, abrió la puerta de la regadera y estiró su mano hacia la toalla para poder secarse pero toda su atención se centró cuando se abrió la puerta del baño mostrando a un chico.

—    ¡Lo siento! ¡No sabía que estaba aquí! -las mejillas del chico comenzaron a volverse roja mientras la chica lo miraba en shock y desnuda-

—    ¿Toby? ¿A quién le estás pidiendo perdón? -un segundo chico se acercó a la puerta con curiosidad pero pronto se sorprendió al encontrar a la chica- ¡Ay por...!

—    Chicos, ¿por qué hacen tanto escándalo? ¿Acaso hay algo interesante en el baño? -y pronto un tercer chico apareció por la puerta, cuando se percató de lo que sus dos compañeros veían abrió sus ojos sorprendido- ...

Pronto las voces que cantaban fueron reemplazadas por un grito agudo, el sonido de cosas chocar contra las paredes y los quejidos de los chicos al sentir las cosas impactar contra ellos.

¿En que demonios me metí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora