·Omega sin Olor·

- Sintomi insoliti -

~ Capítulo #5 ~
.

.

.

— Síntomas inusuales —

.

Por un pequeño sendero al costado del riachuelo. Un infante de escasos 8 años, corría apresuradamente mirando constantemente sus alrededores. En busca de algún indicio sobre el paradero de su amigo.

—"Giotto, ¿Dónde estás?" —decía entre sus pensamientos el pequeño peli-rojo.

La preocupación se reflejaba en su rostro, y no era para menos, el estado de aquel chico que buscaba con tanto desespero no había sido el mejor los últimos días. Tras los sucesos recientes, su querido amigo había decaído deplorablemente.

Aquel que siempre le mostro una cálida sonrisa, y compartía con él su constante alegría. Ahora, todo aquello parecía un sueño lejano. Pese a que tan solo el mes anterior todo era normal, ahora todo se derrumbaba en la vida de su joven amigo.

No podía evitar preocuparse por este, después de haber sufrido tal perdida era de esperarse que entrara en semejante depresión.

Gracias a esto, el chico constantemente se escapaba, aprovechando la mínima oportunidad para huir donde nadie lo encontrara. Si bien, querían darle su espacio, sabían que dejarlo por ahí sin compañía alguna era en extremo peligroso, especialmente por la crisis que atravesaba Catania.

—Maldición Giotto, ¿Dónde te metiste? —murmuro por lo bajo el menor, sin dejar en ningún momento de observar su entorno, anhelando con encontrar a su amigo.

Corrió unos metros más, siguiendo en línea recta al costado del pequeño rio. Cuando menos lo espero, al volver su vista al frente fue cuando lo vio. Aunque este estaba de espaldas, aquella alborotada cabellera rubia era inconfundible para él.

La alegría de ver a su amigo con bien le dio un gran respiro, por fin podía estar calmado al saber que Giotto estaba bien.

Intentando ocultar su enorme sonrisa, el peli-rojo se acercó más. Intento llegar pronto al lugar de su amigo, inclusive, estuvo a punto de gritar su nombre para llamar la atención del rubio. Pero antes de podar soltar cualquier alarido. Pudo presenciar, aun a la distancia, como su amigo dio un pequeño respingo, como si hubiese sido sorprendido por algo.

El peli-rojo se acercó con cautela hasta el lugar donde se encontraba Giotto. Tan solo había dado unos pasos y pudo notar una cabellara rubia ceniza, siendo esta muy familiar para él.

—"¿Alaude?" —se cuestionó, aun con la duda de tratarse del susodicho.

Continuo sigiloso su avance, logrando ocultarse tras una enorme roca para no ser descubierto. Desde su lugar podía apreciar todo con más claridad, y aunque no podía escuchar lo que decían, al menos podía ver lo que hacían aquellos dos jóvenes.

G miraba confundido la escena, no entendía porque el rostro de su amigo parecía atónito mostrando un sutil sonrojo, en cambio Alaude mostraba una pequeña sonrisa de satisfacción. Otro punto que llamo su atención fue ver como los ojos de Giotto parecían rojos, como si a solo escasos momentos este hubiera estado llorando.

—"Que habrá pasado? "—se preguntaba el peli-rojo, totalmente desconcertado por la escena.

De pronto, pudo ver como su rubio amigo se abalanzaba sobre el contrario, atrapándolo en un gran abrazo.