Capítulo V

31 5 0
                                    

La barbacoa acababa de empezar y yo ya tenía ganas de irme, me sentía totalmente fuera de lugar, como un pez fuera del agua. Si te parabas a pensarlo yo realmente no pintaba nada allí, no conocía a nadie, bueno sí a Nash y Hayes, pero ambos iban a su rollo ya que allí se encontraban sus amigos y obviamente no les culpaba por estar con ellos ni por presentarme ya que me quería ahorrar las presentaciones y el quedarme parada oyendo como todos hablaban de sus cosas.

Mi madre no había venido ya que mi hermana con el yeso que me llevaba no podía salir de casa y Elizabeth había llevado a Skylynn a mi casa para que estuviera con ella así que realmente estaba sola en aquella barbacoa.

Por mi mente empezaba a rondar la idea de irme  a mi casa poniendo una excusa estúpida y ponerme a ver series en mi habitación o leer en el jardín. Creo que iba a hacerlo me atraía mucho más ese plan que estar de pie incómoda durante varias horas rodeada de gente que no conocía de nada. Paseé mi mirada disimuladamente para ver si tenía a Nash y Hayes distraídos y así yo tendría vía libre para irme y ya si eso me disculparía después.

Ya estaba trazando el plan, con la ruta que seguiría hacia mi casa con tal de llegar antes y preparando mentalmente mi comida junto al té al limón que mi madre me había comprado ayer, estaba ya encaminándome a la puerta que daba al interior de la casa cuando alguien me cogió de la muñeca y me arrastró lejos de la salida, o entrada depende de como lo vieras.

Era Nash el cual con una lata de cerveza en una mano y mi muñeca en la otra se acercaba a un grupo de adolescentes que su edad variaría entra la mía y la suya, compuesto por chicos y chicas. Hayes también se encontraba en ese grupo.

- Chicos esta es Zara - anunció el castaño una vez paró y me dio la vuelta ya que estaba de espaldas.

Analicé a los, así redondeando, 10 adolescentes que me miraban ahora expectantes y sin saber muy bien como reaccionar levanté un poco mi mano derecha y forcé una pequeña sonrisa sin llegar a mostrar los dientes, sintiéndome observada e incómoda.

Cada uno fue presentándose y si os soy sincera no me acuerdo a la perfección de los nombres así que para no liarla omitamos esta parte y sigamos.

Después de las presentaciones empezaron a contar algunas anécdotas del instituto deduje y entonces me volvió a inundar esta incomodidad y así como quien no quiere la cosa fui retrocediendo poco a poco, sigilosa como un ninja para que nadie notara mi ausencia, aunque estaban tan enfrascados en su conversación que dudaba que alguien notara mi cobarde retirada.

Estando ya bastante lejos di media vuelta y caminé decidida y rápidamente a la puerta, sorteando la gente que se interponía en mi camino y una vez ya dentro de la casa me dirigí a la puerta principal casi sin pensarlo ya que esta casa era como mi segunda casa ya.

Me crucé con Elizabeth la cual me brindó una cálida sonrisa, yo le devolví el gesto y seguí mi camino.

Una vez salí de la casa desbloqueé mi móvil y le mandé un mensaje a mi madre.

"Salgo ahora de casa de los Grier y voy hacia casa."

Una vez le dí a enviar volví a bloquear mi móvil y me encaminé hacia mi caso con paso decidido y trazando en mi cabeza la ruta que debía seguir con sus atajos para llegar cuanto antes a mi casa y poder tumbarme cuanto antes en una tumbona y ponerme a leer un libro con mi buen vaso de té al limón.

Sentí mi móvil vibrar y asumiendo que era la respuesta de parte de mi madre no me molesté en sacarlo ya que ya estaba llegando. Volvió a vibrar, y otra vez, entonces ya no era mi madre, así que mientras abría la puerta principal saqué mi móvil y ya en la pantalla bloqueada podía ver que tenía un mensaje de mi madre y dos mensajes de Nash.

- Ya estoy en casa - grité dejando las llaves en un pequeño cuenco que tenemos en la entrada y cerrando la puerta con un golpe de cadera.

Tenía la mirada fija en el móvil ya que estaba contestando a Nash.

Nashito: Casi casi te despides.

Nashito: Víbora.

Reí al leer estos mensajes ya que los leí con su voz, hecho que los hizo mucho más graciosos.

Zara: Deberías felicitarme porque mis habilidades de ninja han mejorado ;)

Nashito: Debo admitir que me he sorprendido.

Nashito: Pero ese no es el caso.

Nashito: Todos nos hemos preguntado donde estabas hasta que mi madre me ha dicho que te había visto como huías como una cobarde.

Deposité un beso en la sien de mi madre al entrar en la cocina y verla allí que estaba preparando la comida y me senté en uno de los taburetes que teníamos frente a la isla.

Zara: ¿Lo ha dicho de esa manera?:((

Nashito: Admito que estas últimas palabras son de mi cosecha.

Nashito: Pero ese no es el caso x2

Nashito: ¿Por qué te has ido Zara?

Rodé los ojos mientras bloqueaba el móvil, él sabía perfectamente el porqué y, sinceramente, quería ahorrarme la típica charla que me habrá dado como 500 veces sobre el ser sociable y estar abierta a conocer a nueva gente. Me levanté del taburete dejando mi móvil en la isla con la pantalla hacia abajo y me subí a mi habitación, no sin antes saludar a Skylar y Skylynn.

Entré a mi cuarto y me puse un bikini azul claro que tenía y me puse los shorts que había llevado durante el día.

Entré en la cocina y vi a mi madre comiendo ya, por tanto cogí el plato de comida que me había apartado para mi y preparé lo necesario en el sitio de su derecha y me senté a comer junto a ella.

- Tu móvil no deja de vibrar - me indicó señalando el aparato con su mirada, el cual había dejado en la encimera.

- Debe ser Nash regañándome por haberme ido tan temprano de su barbacoa - respondí yo sin levantar la vista de mi plato de macarrones con queso, jugando un poco con ellos. Mi madre siempre hacia macarrones con queso cuando llegaba tarde del trabajo y aún no había comido y teniendo en cuenta la hora que era y como estaban hecha la pasta habría llegado a casa como máximo hace una hora -. ¿Quién se ha quedado con las niñas? - pregunté esta vez cayendo en que mi madre no había estado en casa.

- Tyler, le avisé anoche - me respondió mi madre mientras se levantaba del taburete y se dirigía al fregadero -. ¿Quieres hablar de lo de la barbacoa? - su tono no se denotaba la preocupación que sabía que tenía.

- No hay nada que hablar - le contesté algo cortante, levantando mi mirada y fijándola en la suya -, no me sentía cómoda en ese ambiente, no pintaba nada ahí.

- Eres amiga de Nash y Hayes, algo pintabas - me contestó mi madre mientras me rellenaba el vaso de agua fresca.

- Mamá era una barbacoa a modo de celebración del fin de clases, ni siquiera voy a su instituto - le contesté obvia -, era una extraña y Nash lo sabe perfectamente.

Me levanté del taburete y dejé en el fregadero el plato junto al tenedor y el vaso, bajo la mirada de preocupación de mi madre me acerqué a ella, le brindé una sonrisa tranquilizadora, cogí mi móvil y subí a mi habitación para elegir el libro que me leería en unos minutos.

Encendí mi móvil y la pantalla estaba llena de mensajes de Nash que no me molesté ni en leer, simplemente me limité a darle a escribir.

Zara: Nash sé que lo haces con toda tu buena fe, como tu hermano, pero no me obligues a introducirme con calzador en tu grupo de amigos ni vuestras súper barbacoas, fiestas, lo que sea, porque sabes a la perfección que odio sentirme obligada, incómoda y fuera de lugar. Si quieres que empiece a formar parte de tu grupo de amigos déjame hacerlo a mi manera.

Una vez le dí a enviar, boqueé el móvil, lo silencié y tras coger El Silencio De Los Corderos de mi estantería bajé al jardín, no sin antes coger mi botella llena de té al limón y me tumbé en una tumbona, valga la redundancia, y me dispuse a leer.

La Chica Del Pelo RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora