» vorschlag; wolfstar.

propuesta.

propuesta.

nombre femenino.

acción de proponer.  

"le hizo una propuesta de matrimonio"



     Habían pasado días desde que Remus había tenido los pendientes granates a su poder esperando ser entregados a su verdadero dueño, pero el chico estaba muerto de miedo, sabia que Sirius no era muy del compromiso serio y tal vez los aceptaría pero no entendería la profundidad del significado, tal vez lo rechazaría rudamente y le pediría que se fuera de su vida y se burlaría por aquella baratija, ya que Sirius tenia pendientes mas llamativos lujosos y mil veces mas caros que aquellos que el pensaba regalarle.

Bueno puede ser que Remus fuera un tanto exagerado y dramático, pero no era su culpa uno nunca sabría que esperarse de alguien tan impredecible como Black.

Jugaba con la pequeña cajita roja entre sus manos pensando cuales serian las palabras correctas para decir y como debería enfrentarse si era rechazado, lo que Remus no sabia es que ya llevaba veinte minutos sentado en el borde de la cama mientras era observado por Sirius.

-¿En serio que tanto haces?

Mascullo Sirius después de otros eternos minutos, el castaño se tenso y torpemente trato de ocultar la dichosa caja pero lo que ocasiono fue que la caja saltara de mano en mano hasta que por fin se le cayo al piso y fue recogida por el pelinegro. Remus se puso de todo los colores mientras observaba como Sirius abría la dichosa –y maldita- caja,  después de lo que fueron mil años (según Remus) Sirius reaccionó, observándolo largamente mientras una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios.

-¿Son para mi?

Remus oculto su cara entre sus manos en un intento fallido de que su novio no viera lo furiosamente sonrojado que estaba.

-Si.

Fue un murmullo suave y bajito que a Sirius le encanto y se acerco coquetamente a su chico sentándose a ahorcadas sobre él. Dejando pequeño besos en toda la extensión de las largas mano de Remus por un rato largo, hasta que este por fin le volvió a mostrar la cara. Era un hermoso poema en vida con aquellas mejillas rojas, los ojos cristalizados, los pequeños trozo de cabello cubriendo parcialmente su frente y sus rico labio inferior atrapado por sus dientes.

-¿Podrías ponérmelos?

Remus se sonrojo un poco mas y con toda la vergüenza invadiendo su ser puso cada pendiente en la respectiva oreja mientras era vigilado por aquellos grandes ojos grises. Al terminar sus ojos se encontraron con los de su novio quien había pasado sus brazos por detrás su cuello y ahora lo tenia a escasos centímetros de su rostro.

Remus lo sabia, era el momento, era ahora o nunca.

-E-esos pendientes, eh bueno, tienen un significado.

Las palabras salieron arrastras atropellándose una tras otras logrando la línea de dialogo más incoherente que Remus había dicho en su vida.

-¿Algo así como de una reliquia familiar que ahora me darás a mi por ser el hombre mas hermoso y perfecto que haz encontrado en tu vida?

Remus rodó los ojos.

-Algo asi como de propuesta.

Respondió y los ojos grises se agrandaron y la boca de Sirius quedo abierta plenamente por unos segundos.

-No entiendo.

Remus bufo y trato de controlar su ira y nervios mezclados frotando sus manos en los cálidos muslos del pelinegro, la conclusión de que Sirius podía ser muy lento cuando se trataba de leer entre líneas llego a su ser y supo que tenia que ser estrictamente directo si quería una respuesta concreta. Deslizo sus manos hasta el trasero del pelinegro apretando sus nalgas con gustos mientras su nariz trazaba una línea en el cuello hasta el lóbulo contrario, Sirius gimió al sentir el suave jalón que dio Remus con sus dientes a los pendientes para después sentir el aliento del castaño chocando contra su oreja.

-Algo así como de propuesta de matrimonio, ¿Sera que el pequeño maldito bastardo de Sirius Black querrá casarse con el lunático de su novio?

El silencio reino por minutos mientras Remus besaba fogosamente el cuello de Sirius dejando marcas de chupetones y sus manos seguían amasando las nalgas de este, el pelinegro se dejo hacer mientras gemía bajito y restregaba sus caderas contra las del chico bajo suyo.

-No.

Las caricias de Remus sobre el cuerpo ajeno cesaron y Sirius se separo un poco para verlo a los ojos con una cara llena de arrogancia y desdén.

-... Se como pensarías que me podría negar cuando eres lo que más amo.

Sirius exploto en risas mientras Remus se aguantaba de no soltar las lagrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

Sirius era un maldito imbécil.

Pero ahora era oficialmente su maldito imbécil para todo la vida y no había nada que lo hiciera más feliz.

FIN.

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